Party Fiesta no supera su segundo concurso y termina en liquidación
Party Fiesta ¡La fiesta empieza aquí!
Este era el eslogan de la mayor cadena española de tiendas especializadas en artículos de celebración y disfraces, la cual ha decidido irremediablemente echar el cierre tras 30 años de intensa actividad.
Desgraciadamente, toda fiesta también tiene también su fin, y este parece ser el de Party Fiesta.
Tras vivir una etapa de gran expansión durante los años 2000, cuando llegaría a contar con más de 200 tiendas repartidas por 11 países, alcanzando una facturación superior a los 30 millones de euros, la cadena especialista en fiestas viene atravesando una grave crisis financiera en los últimos cinco años, la cual ha terminado finalmente con la quiebra de la compañía.
Fuente: Google Maps.
La acumulación de pérdidas y el gran incremento de la deuda explicarían la crítica situación de insolvencia en la que ha terminado la empresa, la cual ha atravesado hasta dos concursos de acreedores (en 2023 y 2024).
La "crisis covid" agravaría los problemas financieros de la cadena, si bien, ya antes de la pandemia (desde el año 2018) la compañía venía aplicando un plan de viabilidad por el cual procedería al cierre de decenas de sus tiendas
Así:
- si en su momento de máxima expansión en los años 2010, la compañía llegó a explotar una red de más de 200 tiendas y 300 empleados, consiguiendo unas ventas superiores a los 30 millones de euros;
- en 2023, tras la aplicación de un primer plan de recortes, Party Fiesta reduciría su tamaño hasta contar con 70 tiendas en España (50 propias, más otras 30 en régimen de franquicia), una plantilla de 230 trabajadores y alcanzando una facturación de 18 millones de euros;
- en la actualidad (año 2024), la empresa viene gestionando 33 puntos de venta y 140 empleados, logrando una cifra de negocio inferior a los 10 millones.
Una gran deuda, pérdidas y la "crisis covid" han terminado llevado a Party Fiesta a la insolvencia
Apenas un año después de superar su primer concurso de acreedores en julio de 2023 (y en el que a punto estuvo de acabar en quiebra), la situación de insolvencia de la compañía se ha vuelto tan complicada (y costosa de sanear) -arrastrando un pasivo de 14 millones-, que en este segundo proceso concursal sus administradores han optado finalmente por solicitar la liquidación de la empresa ante los juzgados mercantiles de Barcelona.
De esta forma, las 33 tiendas que mantiene la cadena, previsiblemente echarán el cierre en las próximas semanas (pendiente de ver qué ocurrirá con los establecimientos gestionados por pequeños empresarios franquiciados), poniendo fin así a 30 años de trayectoria.
a) Pérdidas
Varios factores habrían motivado la brusca caída en la rentabilidad del negocio:
- La dura presión de la competencia, pues Party Fiesta se viene enfrentando tanto a la oferta de bazares chinos y tiendas "low cost" por un lado, como a las plataformas de venta online (fundamentalmente Amazon) por otro.
- La caída de los márgenes, como consecuencia del punto anterior, pues no resulta nada fácil hacer frente -en términos de precio- a la gran competencia de bazares y demás establecimientos.
- Soportando unos elevados costes fijos, principalmente los alquileres (pues, con la intención de maximizar el número de visitas y la rotación de los productos, la cadena mantenía la política estratégica de ubicar sus establecimientos siempre en calles comerciales o en centros comerciales), así como los crecientes costes laborales en España.
De hecho, parece ser que uno de los grandes problemas del modelo de negocio de Party Fiesta, es que los márgenes del negocio -debido en buena medida por la presión de la competencia- no eran suficientemente elevados como para poder permitirse semejante estructura de costes fijos (con el pago de unos alquileres tan altos y gastos de personal crecientes), una combinación que acabaría asfixiando la capacidad de generar rentabilidad.
b) Endeudamiento
La gran deuda de Party Fiesta (engrosada por los créditos "ICO-covid" que la empresa tuvo que solicitar para superar la pandemia) habría provocado graves problemas financieros.
- De hecho, el pasivo de la compañía se dispararía hasta los 18 millones de euros en julio de 2023 -manteniendo deudas con los bancos (10 millones), proveedores (4 millones) y administraciones públicas y otros agentes (4 millones)-, momento en que la empresa solicitaría su primer concurso de acreedores.
- Tras superar ese primer proceso concursal gracias al rescate de un nuevo inversor, un año después, en julio de 2024, la deuda con la que Party Fiesta ha presentado finalmente su segundo concurso, esta vez de liquidación, asciende a 14 millones.
c) Necesidades de capital
Finalmente, el motivo último de que Party Fiesta termine en liquidación, es que sus últimos inversores -tras adquirir la compañía hace menos de 1 año- finalmente han visto que, para intentar su reflote, ésta requiere de una inyección de capital ("pulmón financiero") mucho mayor del estimado en el momento de su compra (y que habían valorado en 1,4 millones).
Por esta razón, el grupo de empresarios ha cancelado el plan de rescate de la cadena, acabando por solicitar la liquidación dentro del segundo proceso concursal de Party Fiesta.
La historia de Party Fiesta: 30 años de expansión, crisis y dos concursos de acreedores
Party Fiesta, S.A. nace en el año 1994 de la mano del empresario Manuel Hernández Moysi, quien abre una primera tienda especializada en artículos de fiesta y disfraces en el centro comercial L´Illa Diagonal en Hospitalet de Llobregat (Barcelona).
La misión de Party Fiesta: "ser un sitio experto en fiestas para celebrar con alegria las cosas de la vida".
Hernández promovería la expansión del negocio mediante la puesta en marcha de nuevos puntos de venta (combinando la apertura de locales propios y franquiciados) por toda España e incluso en el extranjero.
De hecho, los años 2000 y 2010 son los de mayor apogeo para la empresa, llegando a contar con más de 200 tiendas repartidas por una decena de mercados de Europa, Latinoamérica y África:
- España,
- Portugal,
- Francia,
- Andorra,
- Alemania,
- Austria,
- Reino Unido,
- Eslovaquia,
- Marruecos,
- República Dominicana
- y República Checa,
En 2015, la firma de capital riesgo Suma Capital entraría en la compañía, hasta hacerse con el 97% del accionariado, dando paso a la salida de la familia Hernández, los fundadores de Party Fiesta.
Sin embargo, el entorno competitivo y normativo se haría cada vez más hostil -con nueva competencia, nuevas regulaciones más rígidas y restrictivas (y que normalmente supondrían la asunción de nuevos sobrecostes), mayores costes salariales y estructurales, momentos de contracción en la demanda y el consumo...-, provocando que a finales de los años 2010, la empresa comenzase a incurrir en pérdidas.
En este momento, la compañía comienza un plan de repliegue y saneamiento, que pasaría por el cierre de tiendas.
Su situación se vería agravada con la explosión de la "crisis covid" en el año 2020, obligando a la empresa barcelonesa a contraer préstamos "ICO-covid" (articulados por el gobierno de Pedro Sánchez como medida para salvar la actividad de las empresas), disparando el pasivo de Party Fiesta hasta los 18 millones.
Incapaz de hacer frente a su enorme deuda, Party Fiesta solicitaría su primer concurso de acreedores a medidados de 2023.
De hecho, durante este primer proceso judicial, la administración concursal llegaría a poner a la venta la "unidad productiva" de la empresa, así como sus activos (valorados en casi 8 millones de euros), entre ellos, una gran nave logística en Fogars de la Selva (Barcelona), el stock de productos en inventario, el valor de su marca o su fondo de comercio.
Finalmente, un grupo de empresarios locales -como Laura Rosell, Joan Enric Juncà, Jorge Cebey o Pedro Leg- y agrupados en la sociedad Nipte 2000, S.L.- decide adquirir la compañía, pasando a ser los nuevos propietarios del negocio.
Los nuevos inversores pretendían reflotar Party Fiesta, estimando para ello una inyección de capital de 1,4 millones y, a nivel comercial, potenciando la venta por internet.
Sin embargo, una vez dentro, la situación se vería mucho más compleja de lo pensado inicialmente y, apenas ocho meses después (en marzo de 2024), Party Fiesta volvería a solicitar voluntariamente el concurso de acreedores.
Y es que, los 1,4 millones que Nipte 2000 había estimado necesarios para efectuar el relanzamiento de Party Fiesta se habrían quedado cortos en relación a los verdaderos requerimientos de capital (y que serían muy superiores).
De esta forma, y arrastrando una pesada deuda de 14 millones, los nuevos propietarios acabarían "tirando la toalla", y el pasado mes de julio (de 2024) decidirían finalmente solicitar ante el juez la liquidación voluntaria de la compañía.
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