1) "R": el operador gallego de telecomunicaciones
R es la empresa de telecomunicaciones gallega que presta servicios de telefonía, televisión por cable y conexión a internet en la comunidad desde finales de los años 90, cuando se produjo la liberalización del mercado de telecomunicaciones para toda España.
Por aquella época fueron surgiendo nuevos operadores que empezaron a hacerle competencia al ex-monopolio de Telefónica (Movistar), con licencias para operar tanto a nivel nacional (Retevisión-Auna, Amena, Airtel, UNI2, TELE2, Jazztel, Yoigo...) como a nivel regional (ONO en la Comunidad Valenciana, Madritel en Madrid, Telecable en Asturias, Euskaltel en el País Vasco, Retena en Navarra, Supercable en Andalucía... y R en Galicia).
El objetivo de R desde su fundación ha sido el de especializarse en la prestación de estos servicios de telecomunicaciones en la región a través de la creación de una red propia de fibra óptica y móvil, adaptándose a las particularidades de la población gallega (como son la dispersión geográfica y el gran peso del rural).
2) La historia de "R"
1. La creación del grupo Cable y la liberalización del mercado de telecomunicaciones en 1996
R nació en su día con la vocación de convertirse en la marca líder de su mercado regional, ofreciendo una alternativa en Galicia a Telefónica, y con un objetivo inversor más que ambicioso: construir una red propia de cable de fibra óptica con la última tecnología que llevase sus servicios hasta la casi totalidad de domicilios y empresas gallegas.
De hecho, a día de hoy la empresa cubre más del 80% del territorio gallego, contando con una cartera de 1,2 millones de hogares y negocios.
Poner en marcha el proyecto requería de una inversión millonaria durante años para cablear una buena parte de ciudades y poblaciones de Galicia, comunicándolas con tecnología de última generación, todo ello antes de obtener beneficios. Para lo cual sería necesario contar acceso a grandes fuentes de financiación, así como disponer de un buen pulmón financiero.
Financiación necesaria para ir afrontando las inversiones y pérdidas de los primeros ejercicios -típicas de los proyectos tecnológicos que nacen de cero- hasta que la empresa logre superar el punto muerto y consiga el rendimiento fijado para sus activos.
Sus promotores fueron varios empresarios gallegos liderados por Unión Fenosa, los cuales crearon en 1996 "Grupo Gallego de Empresas para el Cable" (grupo Cable), compañía antecesora a R.
Con una participación del 10% cada uno de ellos, Unión Fenosa, las 4 cajas de ahorro gallegas (Caixavigo, Caixa Ourense, Caixa de Pontevedra y Caixa Galicia), Banco Pastor, La Voz de Galicia, Grupo Zeta (Cable Total), y como socios tecnológicos Telefónica e Intelsis, arrancarían el proyecto.
2. Las grandes dificultades de los comienzos: confiar y apostar por el proyecto
Como toda empresa de nueva creación, los inicios no resultaron nada sencillos, si bien en este caso hubo factores (dada la envergadura del proyecto y las particularidades del sector de telecomunicaciones) que hicieron que los retos a superar fueron ciertamente grandes.
En primer lugar era imprescindible moverse ágilmente para ganar la puja por las licencias tras la liberalización del mercado anunciada en 1996 y que se ejecutaría dos años después.
R era uno de esos proyectos empresariales planteados para una consolidación y rentabilización a medio plazo: requeriría de unos primeros años de fuerte inversión -para cablear toda Galicia- (eso sí, tras haberse presentado al concurso y haber logrado ganar la licencia); y sin apenas ingresos iniciales, lo cual significa asumir grandes pérdidas y aguantar sin perder la confianza en el proyecto hasta que éste logre alcanzar la masa crítica de usuarios que permita generar beneficios.
De hecho, R conseguiría la adjudicación de la licencia en 1998, y hasta 2001 -que es cuando comienza a cablear- no tendría prácticamente clientes (y por tanto ingresos).
Por otro lado, R sería un "David" en un mercado dominado por "Goliaths": el ex-monopolio de la gigante Telefónica y por las multinacionales todopoderosas (Airtel-Vodafone, Retevisión, France Telecom y otras) que se habían obtenido licencia también para operar en España, y que contaban con una enorme capacidad financiera y comercial, así como el apoyo de socios mucho más grandes.
A mayores, el pinchazo de la burbuja tecnológica (la llamada "crisis de las punto com") a finales de los 90 puso en entredicho el verdadero potencial del sector y el valor de sus empresas, añadiendo grandes dosis de incertidumbre a la viabilidad de las nuevas operadoras.
3. Los primeros abandonos de socios del accionariado
Con este panorama (y en unos años de gran volatilidad en el sector) fueron varios los accionistas de grupo Cable que decidieron abandonar el proyecto, provocando vaivenes en la composición de la propiedad.
Los dos socios tecnológicos (Telefónica e Intelsis) abandonarían el accionariado en 1996, una vez conocida la legislación sobre el cable en España.
Y en 1997, tras confirmarse las condiciones y exigencias de los concursos del cable, La Voz de Galicia también decide salir del proyecto.
Esta situación de cambios accionariales fue habitual en todas las operadoras del mercado.
La mayoría de compañías estaban participadas por grandes corporaciones empresariales ligadas a los sectores teleco y construcción y banca, y sus prioridades e inversiones iban cambiando en un entorno cada vez más inestable.
La adjudicación de licencias se produciría en 1998. Y justo cuando se iba a formalizar la ampliación de capital necesaria para que la sociedad se presentase al concurso (pues se requería un mínimo de 6 millones de euros de capital para ello), dos semanas antes de finalizar el plazo de candidaturas, Caixa Galicia, Banco Pastor, Caixa Ourense y Caixa de Pontevedra deciden también abandonar grupo Cable.
4. Caixanova y Unión Fenosa apuestan y lideran el proyecto en solitario (1998)
Ante la espantada de socios en el momento más delicado, lejos de retroceder posiciones, Unión Fenosa, Caixavigo (posteriormente reconvertida en Caixanova) y Grupo Zeta deciden comprar las participaciones de los socios salientes, mostrando su firme apuesta por sacar adelante el proyecto de crear una gran empresa gallega de telecomunicaciones.
Al proyecto deciden sumarse adicionalmente con una posición minoritaria nuevos socios como Faro de Vigo y otros empresarios locales.
5. La obtención de la licencia y el fichaje de jóvenes talentos "telecos" (1998)
En 1998 R consigue ganar a su competidor -Cable Europa- la licencia para operar en las tres demarcaciones establecidas para Galicia: La Coruña, Santiago y resto de la comunidad.
La obtención de la licencia ya se efectuaría a nombre de la empresa "R Cable y Telecomunicaciones de Galicia", la nueva compañía que mediante una fusión por absorción integraría al antiguo grupo Cable.
Se fija la sede de la compañía en la ciudad de La Coruña, en la calle Real. A mayores se ampliarían sus oficinas y sede operativa a unas instalaciones más amplias ubicadas en el polígono de La Grela, en el llamado CPO (Centro Principal de Operaciones).
El núcleo duro de accionistas de R formado por Unión Fenosa y Caixanova seguía en su empeño de encontrar a un socio tecnológico con cierta entidad que respaldase el proyecto, llegando a presentar la propuesta de entrada en el accionariado a Endesa y Telecom Italia pero sin que ninguno la aceptase.
Ángel López Corona, director adjunto de Caixanova y responsable de su cartera empresarial, llegó a declarar que ya estaban acostumbrados a los abandonos y a sacar adelante a los proyectos en soledad.
Y así lo hicieron: tras la salida de Telefónica e Intelsis del accionariado, la parte más técnica era ciertamente una carencia para poder desarrollar el proyecto en condiciones, y es por ello que ese mismo año los accionistas de referencia deciden fichar a talento gallego directamente de la competencia para así traer el ansiado know-how: contratan a Arturo Dopico, coruñés afincado en Madrid y que venía de dirigir a su teleco homóloga Madritel, llevándose también a una buena parte de su equipo de ingenieros.
La idea era aprovechar el conocimiento y la experiencia de gestión en Madritel de este grupo de jóvenes ingenieros de telecomunicaciones para dar el impulso definitivo al proyecto de crear la empresa gallega de cable.
El propio Dopico reconocería en declaraciones a la prensa que la implicación de Caixanova y Unión Fenosa en sacar adelante el proyecto fue total, agradeciendo incluso la inestimable colaboración de Victoriano Reinoso (vicepresidente de la eléctrica) y Honorato Isla, los cuales entendieron las sinergias entre el negocio de las eléctricas y las telecomunicaciones.
Dopico ostentaría el cargo de director general de la compañía, Honorato Isla (de Unión Fenosa) sería el consejero delegado (CEO), Julio Fernández Gayoso (director general de Caixanova) ocuparía el cargo de vicepresidente, contando en el consejo de administración con otros altos cargos de la caja de ahorros como José Luis Pego, Ángel López-Corona y María Victoria Vázquez.
6. El nacimiento de la marca "R" en 1998
Con una licencia recién obtenida, nuevos aires, nuevas ideas, nuevos socios y un nuevo equipo, también se decide crear la imagen de la compañía, naciendo la popular marca "R" a la que tan acostumbrados estamos hoy en día.
¿Por qué llamarse "R"?
A finales de los 90 la marca "Galicia" vivía momentos dorados y la diferenciación por origen gallego era empleada exitosamente en industrias como la agroalimentaria o la turística, si bien nunca se había aplicado en un sector tan intangible y tecnológico como el de las telecomunicaciones.
La oportunidad de crear también una vinculación emocional con los potenciales clientes gallegos -como efectiva herramienta de fidelización- estaba sobre la mesa.
Es decir, se proponía dotar a la nueva marca de la compañía de un marcado "carácter gallego".
Para la marca se buscaba un nombre comercial que sonase a gallego y al tiempo se pudiera asociar a tecnología, comunicación y a algo novedoso y rompedor.
Por aquel entonces ONO (que acabaría engullido por Vodafone) era uno de los principales competidores "hermanos" dentro de la misma categoría de operadoras regionales que habían surgido tras la liberalización del mercado. De hecho, era el de mayor tamaño dentro de su categoría.
Su marca presumía de ser muy corta y capicúa (además de fonéticamente agradable), factores muy apreciados en el marketing de masas para facilitar el recuerdo en la mente del consumidor.
Una letra cuya presencia y sonido son muy típicos -casi exclusivos- de los idiomas gallego y español, logrando así la deseada vinculación con el origen.
Así "R" como naming resultaba ciertamente sonoro y reconocible, y poner a una letra del alfabeto como símbolo de una empresa de telecomunicaciones no podría expresar mejor su vínculo con el lenguaje y la comunicación en general.
R resultaba un nombre original, desenfadado, joven, vinculado claramente a la comunicación (al ser la letra del alfabeto) y con sonido o carácter español y gallego.
La marca reunía así todos los requisitos deseables por parte de sus propietarios y gestores, y así se decide lanzar al mercado en el año 1999.
Caixanova mostró en todo momento un gran apoyo proyecto: en el año 2000 confía todas sus comunicaciones a R en un contrato valorado en 5 millones de euros, una de las primeras fuentes de ingresos relevantes para la empresa.
El panorama comienza a cambiar, y el Banco Pastor decide volver a invertir en la teleco gallega. Por otro lado, en 2001 la compañía obtiene un préstamo sindicado por importe de 288 millones de euros en el que participaron 18 entidades financieras, y cuyo principal garante fue Caixanova.
Gracias a la obtención de financiación (tanto de los fondos propios aportados por los socios como de los préstamos concedidos) el grueso de la actividad arranca ese mismo año (2001), cuando se acomete el cableado de las principales ciudades de Galicia: Vigo, La Coruña, Santiago, Orense, Pontevedra, Lugo y Ferrol.
En apenas un año se levantan literalmente las principales calles de estas ciudades (picando aceras y abriendo pavimentos) para introducir el cable de R: 4.800 kilómetros lineales de infraestructuras -equivalentes a 224.000 kilómetros de fibra óptica-, para dar servicio (de teléfono, televisión e internet a través de cable propio) a los primeros 300.000 usuarios de la compañía. Para ello se invierten cerca de 300 millones de euros.
Además de domicilios particulares, R priorizó llevar el cable hasta las empresas gallegas, uno de sus principales segmentos objetivo, para las cuales desarrolló además servicios especiales y a medida con soluciones integrales de telecomunicaciones.
R tenía muy clara su apuesta estratégica, tecnológica y comercial: contar con una red propia de cable de fibra (en lugar de alquilarla a Telefónica) con la tecnología más avanzada de Europa. Esto se traducía en la posibilidad de ofrecer más y mejores servicios, y sobre todo en dar al cliente una mayor velocidad.
También en 2001 R comienza a instalar sus características cabinas telefónicas (con su singular forma de hongo rojo) las cuales comienzan a poblar las principales ciudades de Galicia para prestar también este servicio.
No obstante, el negocio de las cabinas terminaría por clausurarse y retirarse de las calles 17 años después -en el 2018-, a medida que la telefonía móvil acabase por condenar a la irrelevancia a esta histórica forma de comunicación.
En 2002 la empresa cierra con una cifra de negocio de 38,17 millones de euros, declarando pérdidas por importe de 24 millones, y dando empleo a cerca de 200 empleados de forma directa y 800 de manera indirecta a través de subcontratas.
8. Los primeros beneficios antes de lo esperado en el año 2005
Todo el esfuerzo inversor de R dio sus frutos antes de lo que se había planificado, ya que en el año 2003 la empresa lograría su primer beneficio operativo (EBITDA) positivo por valor de 17,4 millones de euros, y en 2004 alcanzaría los 36 millones de euros, situando a la empresa como el operador de cable con el mejor índice de rentabilidad de España.
*(Datos en millones de euros).
9. Crecimiento y expansión de la red propia de cable de fibra por toda Galicia
En 2006 se lleva a cabo una segunda fase de cableado para alcanzar poblaciones más pequeñas como Villagarcía de Arosa o Xinzo de Limia. Se invierten otros 200 millones para conseguir dar servicio a un total de 30 poblaciones en toda Galicia.
En apenas 5 años (entre 2002 y 2006) R había invertido más de 500 millones de euros en su red de cable.
R alcanzaría acuerdos de colaboración con la Xunta de Galicia (a través de la Consellería de Industria) para promover la expansión de la banda ancha por toda la comunidad. De esta forma se aceleraría el ritmo de crecimiento de la red de R.
La operadora supo también gestionar la tramitación de subvenciones públicas, percibiendo un total de 35 millones de euros desde el año 2005.
Gracias a su red propia, como a través de servicio indirecto (alquiler de la red de otras compañías) año tras año R acabaría llegando a la práctica totalidad de Galicia.
10. La ampliación del portafolio de productos: el servicio de telefonía móvil en 2007
Paralelamente a la expansión de su red de fibra óptica, la operadora gallega iría ampliando también el catálogo de servicios ofrecidos, como es el caso de la televisión por cable, y en 2007 la telefonía móvil.
Para este último que se bautizó como "Móbil R", la empresa decidió seguir la misma estrategia que con la fibra óptica y crear una red propia de móvil, pues contando con sus infraestructuras se podría suministrar un servicio de gran calidad y ofrecer conjuntamente los servicios de voz, datos y vídeo.
Para este proyecto la empresa anunciaría inversiones de 60 millones de euros a ejecutar en los siguientes dos ejercicios.
Y lo mismo acordaría con más de 400 operadoras a nivel mundial para poder ofrecer una buena cobertura en el extranjero.
Respecto a su oferta de productos, otra de las claves del éxito de R ha sido la simplicidad (un factor fundamental si tenemos en cuenta la edad media de la mayoría de la población gallega): mediante una oferta compuesta por "combos" la operadora gallega fue capaz de presentar de forma sencilla todos sus servicios ante los consumidores, practicando en ellos una estrategia de "venta cruzada".
Paralelamente se aperturan "tendas R" en las principales calles y centros comerciales de las poblaciones gallegas, a través de las cuales se comercializasen los servicios de la empresa, hasta alcanzar un total de 75 establecimientos con los que cuenta en la actualidad.
10. Nuevos cambios accionariales: la salida de Unión Fenosa del capital, las primeras absorciones de empresas y las "guerras de precios" en el mercado
En 2007 la composición accionarial de R había vuelto a sufrir alteraciones: Unión Fenosa (35,4%) y Caixanova (30,8%) seguían siendo los 2 accionistas de referencia, seguidos de Inversiones Gallegas del Cable (9,9%), Emalcsa -la empresa municipal de aguas de La Coruña- (1,9%) y Grupo Moll (1,5%).
La caja de ahorros viguesa ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de R, siendo su principal promotora, y apostando siempre por sacar adelante el proyecto en los momentos más críticos.
De esta forma, Caixanova destinaría 150 millones de euros para recomprar la participación de Fenosa, haciéndose así con el 66% del capital (alcanzando una inversión total en R por valor de 235 millones de euros).
En 2008 la inversión acumulada de R superaría los 700 millones de euros.
El mercado era cada año más competitivo y cambiante, difícil de rentabilizar para la mayoría de operadoras. De hecho, existía un exceso de compañías (exceso de oferta) por lo que experimentar procesos de concentración y "purgas" de competidores era cuestión de tiempo.
Por un lado Auna (Retevisión) había ido adquiriendo a varios de los operadores regionales -homólogos de R- que habían obtenido licencia para operar en sus respectivos mercados regionales. Fue el caso de Menta en Cataluña, Madritel, Supercable en Andalucía, Able en Aragón y Canarias Telecom.
Y otras operadoras correrían menos suerte y simplemente acabarían cerrando o desapareciendo.
De hecho, precisamente por este exceso de oferta se avecinaban años en los que la competencia en el mercado de las telecomunicaciones iba a ser feroz: varias operadoras comenzaron a tirar los precios para ganar clientes a la desesperada tratando de arrebatárselos a la competencia.
Y en esta situación R no tuvo más remedio que ajustar también sus tarifas para no perder su cartera de clientes. Este hecho provocó que el EBITDA generado por la empresa se resintiera a la baja durante algunos ejercicios.
Como explicaba el propio Dopico en algunas entrevistas, resultaba imposible mantener los márgenes de rentabilidad cuando las familias que hace años pagaban 50 € al mes por un combo, terminan pagando 39 € por el mismo servicio.
11. R, una de las operadoras más rentables de España, modelo de eficiencia
R continuaría cableando buena parte de Galicia hasta llegar a más de 100 poblaciones en el año 2017, alcanzando una inversión acumulada de 1.000 millones de euros.
*(Datos en millones de euros).
En 2009 la cifra de negocio supera por primera vez los 200 millones de euros, declarando un beneficio por importe de 23 millones (un 12% de rentabilidad sobre ventas).
*(Datos en millones de euros).
R se había convertido en un ejemplo de empresa, al convertirse en una de las operadoras más rentables de España, con un crecimiento espectacular hasta convertirse en la líder de su mercado, muy bien valorada por sus clientes, ofreciendo la última tecnología (a través de redes propias) y con una gestión ciertamente acertada.
*(Datos en millones de euros).
Buena parte de sus buenos resultados se explican por la gran eficiencia en la gestión de los costes operativos, pues su margen sobre ingresos se venía situando en los últimos ejercicios cercano al 50%.
Y todo ello había sido logrado cable a cable, puerta a puerta, conectando uno a uno a cada hogar y cada empresa de Galicia en menos de una década.
Sin embargo, siguiendo la tendencia de concentración del mercado, R corría también cierto riesgo de ser absorbida por uno de los grandes, y las necesidades de liquidez para poder financiar el ritmo de crecimiento de la empresa hacían más que recomendable el respaldo de un nuevo y potente socio.
11. La entrada de CVC Capital Partners en 2010
A principios del año 2010 el fondo británico de inversión CVC Capital Partners anuncia la adquisición de una participación del 35% en R (con reserva de una opción de compra de otro 35%) por un importe de 236 millones de euros. Era la primera vez que CVC invertía en una empresa del sector de las telecomunicaciones.
El 100% de R había sido valorada en 675 millones, de los 225 eran deuda, y con la entrada del fondo de capital-riesgo se produciría una inyección de liquidez y refuerzo en la estructura financiera de la empresa gallega, muy necesaria tras el ritmo inversor de la compañía en los últimos años y los retos de futuro (pues la empresa se había planteado invertir otros 300 millones en los próximos ejercicios).
A mayores la entrada de CVC blindaba de alguna forma a R ante la posibilidad de ser absorbida por otras empresas del sector.
Sin embargo, meses después CVC ejecutaría su opción de compra comprando a Caixanova otro 35% del capital de R por importe de 157,4 millones de euros. De esta forma CVC se convertiría en el socio mayoritario con un 70% del capital, ostentando Caixanova el 30% restante.
Con la desaparición de las cajas de ahorro gallegas, Caixanova pasaría a convertirse en el banco ABANCA, entidad que mantendría su participación en R hasta 2015.
En 2014 R marcaría otro hito: el de haber alcanzado una inversión acumulada de 1.000 millones de euros desde aquel año 2001 en el que comenzó a cablear las calles de las poblaciones gallegas.
12. La compra de R, la "joya de la corona" por parte de Euskaltel en 2015, y los grandes cambios en el rumbo de la operadora gallega
A mediados de 2015 la operadora vasca Euskaltel anuncia la compra del 100% de R por 1.155 millones de euros. CVC se desprendería así del 70% que poseía y ABANCA del restante 30%.
El pago se realizaría con una parte en metálico (600 millones) y la otra en acciones (555 millones), de tal forma que CVC y ABANCA pasarían a ser tenedores del 17% del capital de Euskaltel, mientras que los actuales propietarios -entre ellos Kutxabank- se quedarían con el 83% restante.
La valoración efectuada de R (los 1.155 millones) fue de 10,9 veces el EBITDA generado por el operador gallego, en la línea de las últimas operaciones de absorción efectuadas en el sector (como había sido la compra de ONO por parte de Vodafone, o la compra de Jazztel por parte de Orange).
El valor asignado a R era además muy similar al del operador vasco, que recientemente había salido a bolsa con una capitalización de 1.300 millones de euros. R contaba con cerca de 200 trabajadores directos en el momento de la fusión.
La empresa gallega era considerada por sus buenos resultados, eficiente gestión y posición comercial de liderazgo en Galicia como la "joya de la corona" dentro de Euskaltel.
Con la operación de absorción R quedaría integrada dentro del grupo Euskaltel como una empresa filial junto a Telecable, el operador regional de Asturias.
A pesar de todos los cambios de accionistas experimentado por R, los nuevos propietarios quisieron siempre garantizar la autonomía de la compañía y su "galleguidad", así como el mantenimiento de su sede en La Coruña y los puestos de trabajo.
Sin embargo, la realidad es que Euskaltel deslocalizaría buena parte de los servicios de R, por ejemplo trasladando una parte de su call center y operaciones al País Vasco. Este hecho provocaría una pérdida en la calidad del servicio percibido por los clientes, haciendo que en apenas un año R perdiera más de 20.000 clientes.
La operadora vasca era además socia de la empresa china ZTE Corporation, proveedora de equipamientos de redes y telecomunicaciones, y a la cual se abría la posibilidad de externalizar una parte de la plantilla de R.
Temores que provocaron la convocatorio de manifestaciones por parte de algunos sindicatos en contra de la deslocalización y el traslado de R al País Vasco.
A mayores, buena parte del antiguo equipo directivo de R (personal que vio nacer y crecer a la empresa) fue rescindido y sustituido por cargos procedentes del grupo Euskaltel.
Dopico por su parte ya había presentado voluntariamente su dimisión tras 17 años de empresa en el momento en que se consumó la compra de R por parte del grupo vasco, siendo sustituido por Manuel Salaverría, un veterano directivo de Euskaltel, como nuevo director general.
La compra de R por parte de Euskaltel (la cual ya había adquirido anteriormente a la asturiana Telecable) pone fin a la era de las operadoras regionales en España. Estas 3 eras las últimas que quedaban en el mapa nacional, y ahora tras su integración en el grupo vasco se pone fin a su autonomía.
R era una empresa muy rentable y bien gestionada por el antiguo equipo de Dopico, tal y como lo atestiguan sus resultados.
Y en 2016 (el primer ejercicio completo de funcionamiento dentro de Euskaltel) la operadora gallega aportaría en torno al 40% del total de ingresos y beneficios obtenidos por todo el grupo.
Sin embargo, la situación de R cambiaría drásticamente una vez dentro de Euskaltel diluyendo sus buenos datos.
La compañía vasca tomaría la decisión de reorganizar societariamente el grupo, y en 2019 acomete la fusión por absorción de Telecable por parte de R, integrando ambas compañías y creando la nueva sociedad "R Cable y Telecable Telecomunicaciones, S.A."
13. La integración en grupo MásMóvil en 2021
Los procesos de concentración continúan en un sector cada vez más complicado.
En el año 2021 el grupo MásMóvil (cuarto operador a nivel nacional tras Movistar, Orange y Vodafone) anunciaba la compra de Euskaltel mediante una OPA amistosa por 2.000 millones de euros (asumiendo una deuda de 1.500 millones).
De esta forma R acabaría integrada indirectamente en el grupo MásMóvil con la compra de Euskaltel. Una vez más los responsables de MásMóvil garantizarían el mantenimiento de las señas de identidad de R y su vinculación con Galicia.
14. El anuncio de fusión de MásMóvil y Orange en 2022: R forma parte del nuevo gigante de las telecomunicaciones
En 2022 se anuncia la enésima fusión del sector: en este caso por parte de la segunda y la cuarta operadoras a nivel nacional (Orange y MásMóvil).
R, como parte del grupo MásMóvil, se integrará también en la nueva compañía resultante de la fusión.
2) Conclusiones del caso:
El caso de R resulta muy interesante desde muchos puntos de vista: un proyecto nacido desde cero para invertir en un sector ciertamente complejo y que requiere, además de grandes inversiones, un gran dinamismo y estar a la última en tecnología.
Son varias las claves que explican el éxito de esta empresa durante su etapa en solitario (y que resumimos a continuación). Tras su integración en Euskaltel la teleco gallega ha visto modificado su camino, objetivos y forma de gestión, al pasar a ser parte de un grupo a cuyo sostenimiento debe contribuir jugando su papel de "joya de la corona" (tal y como fue calificada).
La posible supervivencia en solitario de R hubiera sido un futurible poco probable en un mercado tan complejo, competitivo y dominado por gigantescas multinacionales como es el de las telecomunicaciones, en el que hasta las grandes operadoras se están viendo obligadas a fusionarse para garantizar su supervivencia (como es el caso de Orange y MásMóvil).
La incertidumbre y la crisis que atraviesa la economía española (y a nivel mundial) y que afectan de pleno en el consumo (también en los servicios relacionados con las comunicaciones), unido al enorme grado de competitividad del mercado de las telecomunicaciones han complicado tanto la situación que incluso Vodafone se ha planteado recientemente abandonar su negocio en España.
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