lunes, 2 de mayo de 2011

RECURSOS HUMANOS: La clave para ser feliz jornada a jornada


1) Elige cómo quieres que sea tu día:

¿Verdad que hay días en los que parece que todo nos sale mal, nos ocurren mil problemas y sin embargo somos capaces de salir airosos, de reimos de nosotros mismos y de aprender de situaciones penosas? ¿Y otros días en los que estamos apáticos, estresados, enfadados y hasta amargados?

El estrés e incluso el cabreo a veces son buenos en su justa medida. Ambos son herramientas para cambiar una situación que no está siendo correcta de forma o de luchar contra una adversidad. Nos estresamos cuando algo no va por buen camino porque nos preocupa, y nos enfadamos y hasta a veces pegamos un grito porque queremos que se reaccione ante esa situación desvirtuada. Si el estrés o el enfado sirven para modificar una conducta errónea, entonces podrían estar hasta justificados. Sin embargo el tema a tratar ahora es otro:

Un día es lo que tu quieres que sea. Es decir, tú tienes el poder de elegir cómo quieres que sea tu día: si quieres disfrutar de él o si quieres sufrir. La historia de cada uno de los días de tu vida la eliges tú. Pensando en que lo vamos a pasar mal y que todo nos va a dar pereza, seguramente lo pasaremos mal y nos costará hacer todo un poco más, mientras que si nos mentalizamos de que hoy (aunque tenga que hacer las mismas tareas de siempre y tenga las mismas responsabilidades que cualquier otro día) puede ser un buen día, seguro que lo disfrutaremos más. En la vida no estamos para sufrir, sino para disfrutar. Por tanto la predisposición es fundamental para hacer que un día se convierta en un buen día. La vida es por tanto lo que cada uno elegimos que sea.


2) Elige cómo quieres ser tú mismo:

Y nosotros somos lo que decidimos ser; es decir, las personas tenemos patrones en nuestra mente que nos indican cómo nos gustaría ser, y nos sentimos más felices si actuamos y nos acercamos a esos patrones o modelos, mientras que nos sentimos peores personas, más cenizos e infelices si sacamos lo peor de nosotros a lo largo del día, y sobre todo si se lo transmitimos a los demás.

Por tanto, además de poder elegir cómo va a ser nuestro día, también podemos elegir cómo somos nosotros mismos; la combinación está en nuestras manos.

Por tanto:
1) Elige cómo quieres que sean los días de tu vida: no sufras cada día, sino que disfruta de él.
2) Elige cómo quieres ser, a quién te quieres parecer e intentar ser coherente.

No obstante me gustaría aclarar que disfrutar del día no significa ir todo el día con una sonrisa de oreja a oreja y solo pensar en ser el más feliz o simpático de la oficina. Se trata de realizar tu trabajo y sobre todo asumir tus responsabilidades pero evitando que éstas acaben minándote la moral. Se puede ser feliz y responsable. Es más, pienso que el responsable y cumplidor es más feliz que el que solo piensa en su felicidad.

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