martes, 14 de marzo de 2023

ESTRATEGIA - LA QUIEBRA DEL GRUPO GANOMAGOGA POR EL ALZA DE LOS COSTES (Marzo de 2023)

1) Ganomagoga entra en suspensión de pagos (marzo de 2023)

El grupo Ganomagoga (una de las industrias de referencia en el sector metalúrgico, calderero y de construcción eólica de Galicia) anunciaba a principios de marzo el despido de la totalidad de su plantilla.

Son 200 empleados que venían trabajando en las siete empresas que componen el el holding vigués, y para los que la dirección habría solicitado un ERE extintivo (despido colectivo)

  • La matriz (1) Talleres Ganomagoga, S.A., dedicada a la actividad siderometalúrgica, cuya sede y fábrica se ubica en Puenteareas, dando empleo a 130 empleados. 
  • Y las empresas filiales:
    • (2) Construcciones Industriales Ganomagoga, S.A., con plantas en las localidades de Puenteareas y Mos.
    • (3) Cedval, dedicada a la calderería para la industria naval, con dos naves en Vigo y un total de 20 empleados.
    • (4) Aplimega, dedicada al tratamiento de superficies metálicas (principalmente el pintado de las torres eólicas), se ubica en una nave industrial de Porriño, donde venían trabajando 30 empleados.
    • (5) Servicios Metalúrgicos Especializados (SME), dedicada a la calderería fina y gruesa, se encuentra ubicada en el recinto de Puenteareas.  
    • (6) Ganomagoga Logistics, filial especializada en el transporte especial de las piezas de grandes dimensiones construidas por la compañía, se encuentra localizada también en las oficinas centrales de Puenteareas, y en ella trabajaban 8 empleados.
    • (7) GLC Metalworks, dedicada a los trabajos en metal/acero, con sede en Puenteareas. 
La empresa alegaría causas económicas, productivas y organizativas para proceder a la rescisión de los contratos de sus trabajadores. 

Acto seguido, el comité de empresa anunciaba movilizaciones y contactos institucionales (entre ellos con el conselleiro de economía de la Xunta de Galicia y la alcaldesa de Puenteareas) en un intento de conciliación e implicación de las administraciones públicas para salvar sus empleos.



A un paso del concurso de acreedores...

El despido de la plantilla es el paso previo a la declaración de concurso de acreedores y, si nadie lo remedia, al cierre definitivo de la empresa. 


Al parecer, la actividad de la empresa vendría desarrollándose en los últimos meses con una gran dificultad debido a los problemas financieros y de falta de liquidez que, lejos de solucionarse, se han ido agravando.

En las últimas semanas se habrían producido retrasos en el pago de nóminas y cortes de luz por impago de facturas, hechos que levantaron definitivamente todas las alarmas entre empleados, proveedores y clientes de la compañía. 


2) Ganomagoga, otra industria víctima de la crisis inflacionista 

Este grupo empresarial que, tras años diversificando su actividad, ha llegado a ser uno de los pioneros en la fabricación y suministro de torres eólicas a nivel nacional, ha acabado finalmente sucumbiendo al alza de los costes de producción y de los materiales.

La guerra en Ucrania, la crisis de materiales a nivel mundial (aluminio, acero, hierro...), la espiral inflacionista, el incremento generalizado de costes y la ausencia de medidas en materia de política económica que alivien a las empresas son factores del entorno que están poniendo contra las cuerdas a gran cantidad de industrias en España.  

La construcción de las gigantescas torres eólicas requiere una gran cantidad de acero -uno de sus principales materiales- y de electricidad dentro de los talleres (para efectuar todos los trabajos de cortado, fresado, ensamblado...). 

A mayores, el combustible empleado en las complejas y delicadas labores logísticas que venía realizando el grupo para el traslado de unas piezas de gran calado es otro de los factores que más se ha encarecido en los últimos meses.


Ahogado por el acero y la electricidad

El (1) desproporcionado aumento del coste de las materias primas (principalmente el acero, cuyo coste se ha multiplicado por dos desde 2021), así como (2) el enorme incremento del coste de la electricidad, han terminado por hacer deficitaria la actividad de la compañía. 

La imposibilidad de trasladar estos grandes incrementos de los "costes de producción" a las tarifas aplicadas a los clientes (pues se trata de contratos industriales firmados a años vista de suministro, cuyas condiciones se mantienen inalterables) habría provocado una gran caída en el margen de beneficios, hasta el punto de hacer que la mayoría de proyectos y pedidos resultasen deficitarios. 

  • Si en el año 2017 el coste por tonelada de acero rondaba los 680 euros, en 2022 este habría alcanzado los 1.500 euros (un incremento del 120%). 
  • Lo mismo viene ocurriendo con el precio de la electricidad (que representa el principal coste estructural de la industria metalúrgica), cuyas facturas se han multiplicado por tres desde 2021, haciendo inviables a buena parte de la actividades.
  • Si a esta situación le añadimos los aumentos del combustible, los costes salariales y los impuestos que se vienen produciendo en España en los últimos meses, mantener la actividad habría resultado inasumible. 

Los primeros síntomas evidentes del deterioro de la situación económica y financiera del grupo comenzaron a hacerse visibles en las Cuentas Anuales presentadas en el año 2021:  

  • Por un lado, varias filiales del grupo declararon números rojos: fue el caso de Servicios Metalúrgicos Especializados (SEM), que terminó el ejercicio con un resultado negativo de -40.000 euros (y de hecho, en junta general se decidió poner fin a su actividad en el año 2023); o de Aplimega, que declaró pérdidas por importe de -440.000 euros.
  • Y por otro lado, la cifra de negocio de la matriz del grupo (Talleres Ganomagoga, S.A.) experimentaría una caída en 2021 hasta los 13,6 millones, declarando un beneficio de 404.000 euros.
  • A mayores, el grupo necesitó recurrir a los préstamos ICO-COVID en el año 2020 por importe de 3,5 millones de euros, provocando un notable incremento de su endeudamiento.  
Toda esta situación, unida a una caída de la actividad en el año 2021, terminó provocando que el balance del grupo presentara un fondo de maniobra negativo por valor de -1,3 millones de euros, y en una cuenta de pérdidas y ganancias consolidada que arrojaba unas pérdidas de -910.000 euros.

De hecho, la propia firma encargada de la auditoría de sus Cuentas Anuales (la auditora OSP) así lo habría hecho constar en su informe: "la necesaria obtención de recursos financieros para atender sus compromisos" para mantener la actividad del grupo, así como seguir contando con el apoyo de Inversiones Capamar, S.L., sociedad patrimonial con sede en Vigo, y a través de la cual se canalizarían las inversiones hacia la matriz y, a través de esta, hasta todas las filiales del grupo. 


La agonía de las empresas industriales: ¿se producirán más cierres?

El cierre de un grupo como Ganomagoga no es para nada una excepción en España: son muchas las empresas industriales (principalmente las más electrointensivas) las que vienen acumulando números rojos desde el año 2020 como consecuencia del gran aumento del coste de los factores de producción, hecho que sin duda está abocando al cierre a buena parte de ellas.

A mayores, la ausencia de políticas económicas efectivas (más bien todo lo contrario, con medidas que incrementan aún los costes de producción) por parte de las administraciones públicas españolas está provocando que el entorno sea aún más adverso para las compañías industriales. 
    


3) El grupo Ganomagoga: la caída de una referencia del sector metalúrgico

El grupo Ganomagoga, con sede y actividad en el área de Vigo, venía facturando en los últimos años en torno a 20 millones de euros anuales. 

Fue fundado en el año 1974 por el empresario Cándido González junto a otros socios para dedicarse al sector de la calderería industrial, si bien en 1979 acometería la diversificación de su actividad comenzando a trabajar para la industria automovilística y la construcción. 

Fruto de ese afán diversificador, la empresa experimentaría un notable crecimiento durante las décadas de los 80 y los 90, logrando contratos de suministro para grandes empresas como la fábrica de automóviles de Citröen Hispania en Vigo.

De hecho, en los años 90 comenzaría su fuerte apuesta por el sector de las renovables, terminando por convertirse en una de sus principales líneas de negocio, y Ganomagoga en un referente de la industria de la construcción eólica.

En sus instalaciones era habitual contemplar la construcción de enormes piezas cilíndricas para molinos aerogeneradores de todo el mundo, las cuales eran después trasladadas por carretera por su propia empresa de transportes (Ganomagoga Logistics) a través de camiones especiales.

En el año 1999 absorbió la empresa de calderería Wärtsila Ibérica en Vigo, posteriormente rebautizada como Cedval, que se encarga de construir grandes piezas para transatlánticos y buques.

El grupo Ganomagoga terminaría así formado por un total de siete compañías dedicadas a la actividad metalúrgica, calderería y construcción eólica, gestionando un total de 5 plantas productivas: una central en Ponteareas, dos en Vigo, otro taller en Mos y una planta en Porriño, ocupando un total de 18.000 metros cuadrados.

Dentro de la cartera de clientes de Ganomagoga se encontraban grandes industrias líderes, como la fábrica de automóviles del grupo Stellantis, la papelera Ence, la constructora Acciona, la empresa de energías renovables Gri Towers o la multinacional danesa de aerogeneradores Vestas

De hecho, Ganomagoga se ha ido convirtiendo en una referencia en España en la construcción de molinos de viento y energías renovables, siendo elegida por Acciona e Imasa para la ejecución del mayor parque de biomasa de Greenalia en nuestro país, concretamente en la localidad gallega de Curtis.

A mayores, una buena parte de los pedidos del grupo Ganomagoga venían siendo destinados al mercado exterior, llegando a países como Sudáfrica o EE.UU. 


4) ¿Un comprador interesado? 

La quiebra del grupo Ganomagoga irremediablemente dejará en la calle a decenas de profesionales cualificados. 

Ingenieros, delineantes, caldereros, soldadores, pintores o especialistas en mecanizado industrial, los cuales venían trabajando para la empresa en dos turnos, en horario de 7  de la mañana a 11 de la noche. 

Todas estas profesiones vienen siendo muy demandadas dentro del sector industrial vigués (debido al déficit de personal en este ámbito), por lo que pronto podrían verse recolocados en otras empresas industriales del entorno. 

Por otro lado, la compra de los activos de Ganomagoga (incluyendo a su cualificada plantilla) por parte de algún grupo industrial podría ser una solución al cierre de la compañía.

De hecho, parece ser que un grupo internacional estaría interesado en la adquisición de Ganomagoga¿Puede ser esta la tabla de salvación para la compañía y sus empleados?



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