UN INTERESANTE CASO DE PLEITO CUYO ORIGEN ES LA PROPIEDAD INTELECTUAL
Visitando una de las tiendas que la cadena de interiorismo y decoración Dcasa tiene en Barcelona fue como los fundadores de Mr Wonderful descubrieron lo que les pareció un plagio de sus diseños.
Nubes sonrientes y otros objetos con vida, mucho color pastel y mensajes cargados de buen rollo escritos con tipografías amables y redondeadas: la tradicional estética empleada por Mr Wonderful era también utilizada por Dcasa para decorar cortinas de ducha, relojes, cojines, etc.
Y ni corta ni perezosa, la marca líder del buen rollo y optimismo optó por presentar una denuncia por plagio de propiedad intelectual en el juzgado número 1 de Alicante (donde tiene su sede la Oficina Europea de Marcas) acusando a Dcasa de competencia desleal al "buscar intencionadamente confundir al consumidor con sus diseños" y aprovecharse del trabajo y popularidad de Mr Wonderful para obtener un beneficio económico.
LAS DOS EMPRESAS: MR WONDERFUL Y DCASA
Su historia es bastante conocida: todo surgió a raíz de las invitaciones para su boda (donde plasmaron por primera vez el estilo Mr Wonderful) y que fueron un verdadero éxito entre los invitados.
De esta forma comenzaron a recibir pedidos de amigos y conocidos para ilustrar otras postales, invitaciones y felicitaciones, y con el tiempo fueron desarrollando su propio estudio de diseño con sede en Barcelona.
De las postales pasaron a aplicar sus diseños a otros objetivos y empezaron a firmar acuerdos de distribución con tiendas y cadenas.
Actualmente venden sus productos en más de una treintena de países, cuentan con una plantilla superior a los 150 empleados, y en 2017 facturaron 31 millones de euros, año en el que además recibieron la entrada de un fondo de inversión.
Comercializa sus productos a través de la venta minorista en tiendas, a través de venta a mayoristas mediante una red comercial formada por 20 agentes, y a través de la venta online, tanto mediante su propia web como a través de Amazon y otras.
A nivel de facturación y empleados es prácticamente la mitad de tamaño que Mr Wonderful, pues en 2018 alcanzó una cifra de negocio de 12 millones de euros y contaba con cerca de 80 empleados.
LA ARGUMENTACIÓN DE LAS PARTES: ¿DISEÑOS ORIGINALES O DOMINIO PÚBLICO?
En la denuncia interpuesta por Mr Wonderful se argumentaba que los diseños de Dcasa eran una clara copia, y que sin duda Cial Lama se había inspirado en las creaciones originales de Mr Wonderful para ejecutarlos.
Mr Wonderful acusaba a Cial Lama de imitación de sus diseños y aprovechamiento de su trabajo, gracias a los cuales habría conseguido una buena parte de sus ingresos.
Como defensa Cial Lama alegó que sus creaciones estaban inspiradas en los diseños clásicos del estilo Kawaii japonés de los años 60, popularizado por marcas como Hello Kitty.
A mayores la propietaria de Dcasa argumentó que sus diseños son obra exclusiva de su equipo de profesionales, los cuales van siguiendo las tendencias del mercado.
Y que aunque los diseños pudieran en algún caso asemejarse a los de Mr Wonderful, "nadie puede apropiarse de manera excluyente de conceptos genéricos" como es el caso de "nubes humanizadas o de carácter antropomórfico".
Adicionalmente Cial Lama añadió que los elementos ornamentales y decorativos como nubes y estrellas que acompañan a las frases optimistas son también grafismos comunes que pertenecen al dominio público.
LA SENTENCIA FAVORABLE A MR WONDERFUL: DCASA CONDENADA A PAGAR 1,4 MILLONES
La sentencia, que se haría pública en 2019, fallaría a favor de Mr Wonderful obligando a DCasa al pago de 12% de sus ventas en concepto de "regalías".
Cial Lama, tendría que hacer entrega por tanto de 1,4 millones a Mr Wonderful, para lo cual ya había provisionado contablemente un deterioro por valor de 500.000 euros, si bien la empresa se habría quedado corta en sus previsiones.
Muchos de los datos que se recogen en este artículo no son del todo ciertos. De todos modos, el tribunal supremo ha retirado cualquier cargo contra Cial Lama e impuesto a los buenrolleros de Mr. Wonderful a pagar costas.
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