1. Las magnitudes del nuevo banco.
El pasado mes de septiembre de 2020 los consejos de administración de Caixabank y Bankia (hasta entonces la cuarta y la sexta entidades financieras de España respectivamente) dieron luz verde a la fusión de ambos bancos.
La operación, que ha sido negociada entre el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Cortázar, y el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigoizarri, dará como resultado al mayor grupo bancario de nuestro país y el décimo de Europa por volumen de activos.
De hecho, mediante la fusión se creará un gran banco que a priori contaría con unos activos totales cercanos a los 600.000 millones de euros (la valoración oscila entre los 600 y 670 millones según la fuente), un total de 6.600 sucursales y más de 51.000 empleados.
Por tanto hablamos de un nuevo gigante bancario que contará con unos activos por valor superior a los 600.000 millones de euros, y una capitalización en torno a 17.000 millones.
La entidad resultante se erigirá como el nuevo líder en España, controlando en torno al 25% de la cuota de mercado de depósitos y créditos, y contando con una cartera global de más de 20 millones de clientes (15,7 millones procedentes de Caixabank y 8,2 millones procedentes de Bankia).
2. Los términos contables de la operación: una fusión por absorción de Caixabank sobre Bankia con resultado de creación de nueva sociedad.
La operación se realizará mediante una fusión por absorción de Bankia por parte de Caixabank (es decir, la entidad catalana -de mayor tamaño y mejor posición financiera- absorberá e integrará a los activos de Bankia en su balance).
Por tanto a nivel práctico se trata de una compra de Bankia por parte de Caixabank, banco que llevará las riendas de la nueva entidad resultante.
De esta forma, los actuales accionistas de Caixabank tendrán el 74% de las acciones del nuevo banco resultante de la fusión y a los de Bankia les corresponde el 26% restante del capital. Fundación La Caixa (principal accionista de Caixabank en este momento) será el primer accionista del nuevo banco con un 30% del capital.
Contablemente, tras la integración de los activos de Bankia en Caixabank, se creará la nueva sociedad con sede en Valencia que explotará el negocio financiero de las dos entidades fusionadas, resultando estas disueltas.
De hecho es posible observar la prevalencia de Caixabank en varios de los términos de la fusión, pues por ejemplo la sede social de la nueva entidad se mantendrá en Valencia (actual sede de Caixabank), los consejeros del banco catalán serán mayoría en el consejo de administración -el órgano de dirección- de la nueva entidad financiera, si bien tanto Cortázar como Goirigoizarri mantendrán puestos directivos/ejecutivos como primer y segundo máximos responsables respectivamente.
3. La marca Bankia desaparece para dejar presencia únicamente a Caixabank.
Comercialmente se mantendrá únicamente la denominación de "Caixabank" y la marca "Bankia" irá desapareciendo paulatinamente hasta que se complete la fusión.
Inicialmente se había llegado a hablar incluso de la posibilidad de denominar al nuevo banco "CaixaBankia", si bien esta opción ha sido finalmente descartada y el término Bankia pasará a ser historia en los próximos meses.
4. El nuevo órgano directivo: un consejo de administración con representación de CaixaBank, Bankia y el Estado.
El consejo de administración de la nueva entidad tendrá 15 miembros, de los cuales 7 serán dominicales, es decir, representarán a los intereses de los principales accionistas: 5 por parte de Caixabank y 2 por el lado de Bankia.
Cortázar y Goirigoizarri ocuparán 2 puestos de consejeros ejecutivos, y habrá 6 asientos más reservados para consejeros independientes.
El acuerdo cuenta con el visto bueno del Gobierno de España, principal accionista de Bankia a través del FROB tras su rescate, a través de la figura de la ministra de economía, Nadia Calviño. Y con la aprobación de Isidro Fainé, el máximo responsable de CriteriaCaixa y Fundación La Caixa, primer accionista de Caixabank. De hecho se ha garantizado tanto la presencia del Estado como de CriteriaCaixa en el nuevo consejo de administración.
La fusión ha recibido además el visto bueno del Banco Central Europeo (BCE), entidad que promueve que los bancos europeos ganen tamaño para poder competir en un escenario global.
5. Las consecuencias internas de la fusión: optimización de la estructura y eliminación de duplicidades.
Cierre de oficinas, despido/jubilaciones anticipadas de personal y eliminación de duplicidades. Todo el mundo da por sentado que estas medidas (lógicas en la dinámica empresarial) se irán implementando en los próximos meses.
Son medidas nada sencillas pero necesarias dada la situación económica en general y del mercado bancario en particular: los bancos necesitan optimizar sus estructuras de costes fijos y volverse más flexibles, liviano y ágiles para poder competir en el nuevo escenario mucho más complejo. Se estima que se producirá el recorte de unos 7.500-8.000 empleados. No obstante parece que todo esto se está negociando con un nivel bastante satisfactorio en lo que respecta a alcanzar acuerdos con los representantes de los trabajadores.
Como hemos comentado, el mercado bancario ha cambiado mucho y todas las entidades llevan años aligerando sus estructuras de costes fijos, externalizando procesos, eliminando operaciones no rentables y trasladando al consumidor parte de la operativa bancaria que no aporta valor a las entidades.
La conversión del negocio tradicional realizado en oficina física a la plataforma virtual (a través de las aplicaciones online) es sin duda una de las principales características de este sector en los últimos años y donde todas las entidades se están viendo obligadas a participar si quieren seguir siendo competitivas. Se acabó la banca de toda la vida.
6. Las motivaciones de la operación: la supervivencia de los bancos en un entorno complicado. ¿Se avecina una segunda ola de fusiones en el sector bancario español?
La crisis financiera que ya venía atravesando la economía española en 2019 se ha visto sin duda agravada por la actual crisis sanitaria y económica derivada del coronavirus. De hecho el comportamiento de la bolsa es alarmantemente bajista desde hace más de un año (antes de la pandemia), castigando especialmente al valor de las entidades bancarias.
Es por ello que la capitalización bursátil de los 8 bancos españoles que cotizan en bolsa se ha contraído con fuerza en los últimos meses: destacan precisamente valores como Bankia y Caixabank con fuertes caídas en su valor, tras sufrir unas desplomes del 49% y un 44% respectivamente en apenas un año, y siendo las perspectivas para los próximos años nada halagüeñas.
Los expertos financieros afirman que sin duda las fusiones en sector bancario son necesarias, tanto por el contexto actual de crisis como por los cambios que ha propiciado internet y el mercado, y todo parece indicar que van a continuar en los próximos meses.
En 1986 en España existían unas 50 cajas de ahorro y más de 20 entidades financieras. Con la crisis financiera se produce una primera oleada de fusiones entre cajas y bancos, reduciéndose el total a 10 en 2010. Y esta tendencia de concentración continuará con seguridad hasta acabar en una situación muy similar a un duopolio en la que dos ó tres entidades se repartirán todo el mercado.
Caixabank y Bankia han sido las primeras en anunciar su fusión en esta segunda oleada, todo ello con el objetivo de reforzar sus fondos propios, sus niveles de solvencia y garantizar su continuidad en las mejores condiciones posibles ante el nuevo y complicado escenario que se avecina.
En los próximos meses asistiremos al anuncio de nuevas fusiones en el sector bancario de nuestro país. La segunda ola de fusiones y alianzas en la banca española ya ha comenzado, con el único objetivo de garantizar su supervivencia ante los nuevos retos que plantea la actual situación de crisis y la propia dinámica de un mercado cada vez más competitivo.
Sin lugar a dudas es complicado buscar el mejor banco de España todos las entidades de primera línea cuantan con muy buenos servicios. La diferencia entre cada uno son muy pequeñas y no se relacionan con las características específicas de los productos. Esto hace más complicado la elección.
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