viernes, 13 de enero de 2012

FINANZAS: NOVAGALICIA BANCO, EL FINAL DE LAS CAJAS DE AHORRO GALLEGAS


1) El nuevo banco surgido de la fusión de las cajas de ahorro de Galicia

El pasado 19 de octubre de 2011 conocimos el nombre de "Novagalicia Banco", la marca comercial que identifica al negocio financiero de la bancarizada Novacaixagalicia

Hasta esa fecha se han producido una serie de acontecimientos y decisiones (empresariales y políticas) que han desembocado en la desaparición de las dos cajas de ahorro gallegas, dando lugar a la creación de “un nuevo banco con los clientes de toda la vida”, el eslogan de la nueva entidad.



Sin embargo, este nuevo banco nada tiene que ver con las antiguas cajas de ahorro: ni su equipo directivo, ni su negocio, ni su labor social, ni sus actuales propietarios… 

Nada es lo mismo, ni siquiera el trato a los clientes es igual que antes, con las nuevas comisiones que Novagalicia Banco ha empezado a cobrar. 

¿Cuál es el futuro de la nueva entidad financiera de Galicia

Pues está más en entredicho que nunca, tras haber sido nacionalizada (mediante rescate del Estado) y tras haber fracasado los primeros intentos de recapitalización captando inversores privados.



2) Año 2009: la situación de Caixanova y Caixagalicia 

Las cajas de ahorro han jugado un papel fundamental en el desarrollo de toda España, así como a la hora de promover el bienestar de su población.

Fomentando el ahorro privado, realizando una impagable "obra social", brindando posibilidades de financiación a los ciudadanos para que estos puedan tener acceso a necesidades básicas... La labor de las cajas de ahorro se echará muy en falta en los próximos años.

Y esto mismo ocurrirá en Galicia, en cuyo mapa financiero figuran dos cajas de ahorro que prestan sus servicios a la población: la caja del sur con sede en Vigo (Caixanova) y la caja del norte con sede en La Coruña (Caixagalicia).

a) Caixanova:
Caixanova era la caja de ahorros de la zona sur de Galicia, formada por la fusión de las cajas de Vigo, Orense y Pontevedra. 
Tenía su sede central en la ciudad de Vigo, y en el año 2009 contaba con 3.292 empleados, alcanzando unos ingresos de 30.069 millones de euros y un beneficio neto de 73,5 millones de euros. 
Por volumen de activos se situaba entre las 20 mayores cajas de ahorro de España, y poseía una participación del 49% del Banco Gallego

La caja viguesa siempre ha destacado por su importante obra social (teatros y centros culturales, escuela de negocios y formación, residencias de estudiantes, bibliotecas, colaboración con entidades recreativas y deportivas, etc.), recibiendo a nivel nacional el premio a la mejor obra social.
En relación a su situación patrimonial, Caixanova era una de las pocas cajasde ahorro españolas que había sabido diversificar relativamente sus riesgos antes de la que (1) la crisis de las "subprimes" llegase a España, y (2) la burbuja inmobiliaria se “pinchase” definitivamente. 
Es por ello que su balance estaba relativamente saneado en comparación a los balances de otras cajas de ahorro españolas, si bien Caixanova tenía que afrontar también ciertas dificultades.
b) Caixagalicia:

Caixagalicia era la caja de ahorros del norte gallego: formada por la fusión de las cajas de Coruña, Lugo y Ferrol, tenía su sede central en La Coruña. 
En el año 2009 contaba con 5.308 empleados, alcanzando unos ingresos de 45.000 millones de euros y un beneficio de 74 millones de euros. 
Caixagalicia era la mayor entidad financiera de Galicia, y una de las 10 mayores de España por volumen de activos.

A diferencia de la caja viguesa, Caixagalicia había invertido fuertemente en el sector más golpeado por la crisis: la construcción y promoción inmobiliaria. 
De hecho, años antes de la crisis, su balance se había ido engrosando con activos e inversiones relacionadas con este sector: promociones en Galicia (sobre todo en la costa), en el Levante español, en Andalucía... 
Solares y terrenos, edificios en construcción, promociones inmobiliarias, etc. engrosaban una buena parte del balance de la entidad coruñesa. 
La caja venía aplicando una política de "abrir el grifo" para la financiación de empresas constructoras y promotoras intentando aprovechar el tirón del boom inmobiliario.
Se ha criticado además que la verdadera función de las cajas de ahorro (como instrumentos financieros de titularidad pública) era fundamentalmente el de promover el desarrollo económico de una determinada región, invirtiendo y apostando por sus sectores productivos clave. Y no intentar especular en este caso con un sector -que además no es clave en la economía gallega- como es el del ladrillo, y que finalmente se ha terminado por abajo cuando la burbuja ha estallado.



3) Las advertencias del Banco de España a Caixagalicia

Cuando a finales de la primera década de los años 2000 la crisis financiera mundial llega a España con toda su virulencia, y se une a la crisis que sector inmobiliario atravesó en nuestro país, el valor de todos esos activos en los que cajas y bancos habían invertido se vio fuertemente mermado. 

Muchas promociones se paralizaron, el valor de los solares se redujo, muchos terrenos no fueron recalificados ni aptos para ser construidos, se produjo una gran contracción de la demanda, un incremento de la morosidad, la quiebra de muchas empresas constructoras y promotoras…


Caixagalicia tenía en su balance (1) una gran cantidad de activos procedentes de operaciones e inversiones relaciones con el sector del ladrillo, además de (2) otra serie de activos “tóxicos” procedentes de las hipotecas “basura” (subprimes). 

Todos ellos eran activos con los que la caja había generando una buena parte de su negocio financiero años antes, si bien al explotar la crisis (y verse obligada a realizar las oportunas correcciones de valor y deterioros contables) la solvencia de su balance comenzó a verse seriamente comprometida. 


De hecho, el Banco de España advirtió en varias ocasiones a Caixagalicia sobre su delicada situación financiera, y la necesidad de que contablemente dotase más provisiones (deterioros) para limpiar su balance y lo adaptase a su situación real; es decir, que actualizase el valor de las inversiones que figuraban en su balance -sus activos- al valor real del mercado. 

Es más, las cuentas anuales de Caixagalicia pasaron en los últimos ejercicios las auditorías “por los pelos”, y a punto estuvo de ser intervenida por el propio Banco de España.

En resumen, el punto de partida en 2009 -al inicio de la crisis- era una situación en la que Galicia contaba con dos cajas de ahorro con el reto de mejorar sus respectivas situaciones financieras: (1) Caixanova, más pequeña pero con una relativa mejor situación patrimonial, y (2) Caixagalicia, la caja más grande pero con un balance mucho más "feo" (dada su mayor exposición al ladrillo e hipotecas "basura") y a punto de declararse en quiebra.



4) Año 2010: la reestructuración del mapa de las cajas de ahorro españolas

La (1) crisis financiera iniciada en 2008, que desató la posterior (2) crisis económica  (2008-2011) y (3) del euro (2010), unidas a (4) la particular crisis inmobiliaria de España -sector en el cual habían invertido con fuerza la mayoría de cajas de ahorro-, generaron una sacudida tan grande en el sistema financiero de nuestro país que simplemente por cuestiones de supervivencia terminaría obligando a la realización de un proceso de concentraciones y fusiones como nunca antes se había vivido, pasando de 45 cajas a 10 en un solo año (2010).


Las cajas de ahorro españolas tenían en sus balances una gran representatividad de activos "tóxicos" y relacionados con la burbuja inmobiliaria. 
Con la crisis gran parte de estos activos no valían ni la décima parte de su precio de adquisición. 
El Banco de España avisó a todas las cajas sobre la necesidad urgente de que saneasen y actualizasen sus balances (dotando provisiones por deterioro del valor de sus activos). 
Y no sólo eso, sino que por orden gubernamental, las entidades con una peor situación patrimonial deberían fusionarse o asociarse las unas con las otras para reforzar sus patrimonios netos, mejorar su solvencia y garantizar su continuidad. 
Aquellas que no cumplieran los estándares de solvencia fijados, y antes de dejarlas quebrar, serían intervenidas estatalmente, saneadas y posteriormente subastadas.



De esta forma, el 28 de marzo de 2009 se produjo la primera intervención de una caja de ahorros por parte del Banco de España: Caja Castilla-La Mancha (CCM). 

En 2010 se intervino CajaSur. 

Y en 2011 la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM).

¿Y Caixagalicia?



5) Caixagalicia al borde la quiebra a la búsqueda desesperada de un socio

Caixagalicia, al igual que muchas otras cajas, estaba en una delicadísima situación financiera: o encontraba urgentemente un socio con que fusionarse/asociarse e incrementar el peso global su patrimonio neto (de su "core capital") al tiempo que "limpiaba" su balance de activos tóxicos y de mala calidad, o la caja terminaría en una situación de quiebra. 

De hecho, el Banco de España la estuvo apremiando en varias ocasiones para que encontrase urgentemente un "partner" con el que mejorar su nivel de solvencia.


La caja coruñesa vio en Caixanova una posible "novia" para superar esta situación, y su director general, José Luis Méndez, llamó a su puerta en varias ocasiones. 

Sin embargo, los directivos de Caixanova -con Julio Fernández Gayoso y José Luis Pego a la cabeza- no estaban dispuestos a ceder a la dirección de Caixagalicia aspectos estratégicos clave del negocio en caso de una posible fusión, pues la caja viguesa no tenía tanta urgencia por encontrar un socio como la caja norteña, la cual comenzaba a mostrar síntomas de estar realmente "desesperada".

Ante los desacuerdos en las negociaciones con Caixanova, Caixagalicia planteó la posibilidad de integrarse en Caja Madrid (recién nombrado Rodrigo Rato como su director general) junto a la CAM

Sin embargo, movimientos derivados de la lucha política en la comunidad de Madrid (pues Esperanza Aguirre no apostaba por Rato para presidir la nueva caja) retrasaron el proyecto de integración, justo cuando la caja gallega no podía esperar ni un minuto más.



6) Diciembre de 2010: fusión y creación de Novacaixagalicia por imperativo político

Caixagalicia, en una situación límite y a punto de ser intervenida, urgió soluciones a la Xunta de Galicia, y Alberto Núñez Feijóo precipitó finalmente la fusión de las dos cajas gallegas, proyecto sobre cuya viabilidad dudaron muchos expertos en economía y finanzas.

 Sin embargo Feijóo vetó cualquier otra salida para las dos cajas gallegas, alegando que era "lo mejor para los intereses de Galicia". 

De hecho, Caixanova se había planteado la posibilidad de realizar un SIP (asociación estratégica) con CajaAstur y otras entidades de menor tamaño como forma de reforzarse ante la crisis y cumplir los estándares exigidos por el Banco de España, sin que esta opción fuera finalmente adelante por mandato político.


Finalmente el forzado acuerdo de fusión por parte de la Xunta de Galicia se hizo realidad, optándose por integrar a Caixanova (más saneada y pequeña) en Caixagalicia (más grande y con una peor situación financiera). 

En relación a la fusión, la Xunta de Galicia presentó ante la opinión pública unas cifras que distaban mucho de la realidad, encargando incluso informes de auditoría "a medida" que avalasen la fusión. 


Se publicaron datos erróneos sobre el valor y la solvencia real de la nueva entidad resultante, como por ejemplo al decir que la unión supondría la creación de la quinta caja de ahorros de España por volumen de activos.


La realidad era que Caixagalicia tenía en su balance un lastre de activos tóxicos que llegaba al 70%, mientras que Caixanova tenía en torno a un 30%, y el resultado agregado de ambos balances no pintaba nada bien.

Por su parte el Banco de España, en sus reuniones con los directivos de ambas cajas, había decidido apostar por el equipo de Caixanova para liderar la nueva entidad resultante de la fusión: su grupo de directivos (liderado por Gayoso y Pego) había demostrado una mejor gestión y prudencia a la hora de tomar decisiones y diversificar riesgos, mientras que la administración en manos de Méndez había llevado a Caixagalicia a la quiebra.

Durante varios meses se produjo el proceso de negociación entre ambas entidades.

Finalmente, en diciembre de 2010, se anunciaría oficialmente la fusión que daría lugar a Novacaixagalicia

Esta nueva "mega-caixa" según el propio Feijóo se creó bajo el criterio de una supuesta "paridad" norte-sur, y por la cual la sede operativa, institucional y del consejo se ubicaría en Vigo, mientras que las sedes social y fiscal se emplazarían en La Coruña.


7) El saneamiento de Novacaixagalicia y la exigencia mínima de "core capital" ante la amenaza de intervención

Desde la fusión el equipo directivo de Novacaixagalicia se puso a trabajar manos a la obra para intentar conseguir lo imposible: sanear un balance compuesto por la suma de los activos tóxicos y de mala calidad de una gran caja quebrada junto a los activos -algo mejores- de una caja más pequeña pero también con problemas que afrontar.

Para ello se aprobó un plan de reestructuración que contemplaba medidas como la racionalización de la red de oficinas (mediante el cierre de 300 por toda España y en el extranjero), la reducción de gastos estructurales, el incremento del nivel de eficiencia operativa, la prejubilación y despido de empleados, la venta de activos, etc.

Con el objetivo de obtener capital y reducir el tamaño de su balance para incrementar su solvencia, una de las medidas tomadas dentro del plan fue la venta de la gran mayoría de participaciones de las carteras industriales que Caixanova y Caixagalicia poseían en empresas relacionadas principalmente con sectores estratégicos para la economía gallega (sector financiero, alimentario, energético, astilleros, producción audiovisual, textil, industria del automóvil, etc.). 

De esta forma Novacaixagalicia vendió su participación en empresas como la multinacional alimentaria Pescanova, la compañía de telecomunicaciones R, o la eléctrica portuguesa EDP

El valor de mercado de estas participaciones rondaba los 400 millones de euros con los que la nueva caja podría contribuir a recapitalizarse.


El plan de reestructuración tenía un doble objetivo: por un lado garantizar la continuidad y la solvencia de la nueva caja, y por otro cumplir con los requisitos exigidos a nivel legal en relación al % mínimo de "core capital" que las entidades financieras debían cumplir para poder seguir operando de forma independiente.

El "core capital" está formado por el capital o fondos que garantizan la viabilidad de una entidad en escenarios de máxima tensión: las acciones emitidas por un banco, así como las reservas. 

Es decir, es el porcentaje de los beneficios que las entidades no reparten entre sus inversores y destinan cada año a reforzar sus recursos propios. 

También se incluyen las acciones emitidas por filiales que cumplen determinados criterios. 

Dicho de otra forma, son fondos de máxima calidad que pueden absorber pérdidas y son perpetuos, lo que da estabilidad al capital de las entidades. 


Son de disponibilidad inmediata y no implican ninguna obligación en términos de remuneración. A groso modo, el % de "core capital" vendría a identificarse con la representatividad del patrimonio neto (el capital social + las reservas acumuladas) en los balances de las entidades de crédito. 

Esta nueva exigencia mínima de "core capital" procedía por un lado del acuerdo europeo de Basilea III (donde también se le llamaba "common equity Tier 1") y tenía por objetivo el impedir la debilidad del sistema financiero de toda la UE, evitando que bancos y cajas pudieran volver a quebrar y tener que volver a ser rescatados con dinero público. 

A nivel europeo, la exigencia mínima de "core capital" a conseguir por las entidades de crédito era de un 7% antes de 2018.

Sin embargo, a nivel español el Ministerio de Economía (con Elena Salgado al frente) aprobó el Decreto de Solvencia, fijando criterios más estrictos para cajas y bancos en nuestro país: el % mínimo de representación del patrimonio neto debía ser en este caso de un 8% para bancos, y de un 10% para las cajas de ahorro antes de 2013, hecho que se lo ponía aun más difícil a la mayoría de entidades financieras españolas. 

La intención de la medida era garantizar la solvencia de las cajas y bancos españoles, pero en la práctica ésta solo sirvió para restringir aun más que el dinero fluyese de los bancos a las empresas, estrangulando más la maltrecha economía española, dejando a nuestro sistema financiero en inferioridad de condiciones respecto al resto de Europa y del mundo.


Aquellas entidades que no cumpliesen con el % mínimo exigido serían nacionalizadas temporalmente mediante la entrada del Estado como accionista en su capital, inyectándole dinero a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) con cargo al Tesoro

El FROB se trataba de un préstamo que el Estado hacía a las entidades financieras con problemas, y que éstas tendrían que devolver al cabo de 5 años. Durante ese tiempo, las cajas tendrían que buscar socios-inversores que las capitalizasen para poder devolver al Estado el dinero prestado más intereses.

Novacaixagalicia fue una de las cajas de ahorro en las que más dinero procedente del FROB entró: 1.200 millones de euros inicialmente, más otros 2.465 en una segunda operación para aumentar su capital y cumplir con la nueva normativa, pues su "core capital" era muy bajo (en torno al 6%), y sus necesidades de capital y financiación muy grandes.



8) La forzosa bancarización de Novacaixagalicia y la creación de NCG Banco

La situación patrimonial de la nueva entidad fruto de la fusión era mala, resultándole una tarea imposible el intentar alcanzar un 10% de "core capital" antes de 2013, pues cada punto porcentual supone miles de millones de euros a captar. 

Novacaixagalicia por tanto no sólo se vio obligada a ser participada por los fondos del FROB, sino que tuvo que "bancarizarse" para intentar alcanzar el 8% exigido para los bancos. 

Nacía de esta forma NCG Banco, S.A., que a partir de ahora gestionaría el negocio financiero de la caja Novacaixagalicia, y cuya marca comercial sería Novagalicia Banco.


La Xunta de Galicia, seguidora de toda este proceso, realizó sus propias valoraciones de la caja fusionada, anunciando públicamente que Novacaixagalicia (de acuerdo con su valor patrimonial estimado en 1.714 millones de euros) participaría a NCG Banco en torno a un 15%, e incrementaría este porcentaje a medida que la caja consiguiera recapitalizarse mediante la entrada de inversores privados.



Sin embargo, el Banco de España, al dar entrada al dinero del FROB en Novacaixagalicia, estimó mucho más a la baja el valor de su patrimonio neto (181 millones de euros, lo que significaba un descuento del 89,5% respecto a la cifra anunciada por la Xunta), correspondiéndole por tanto una participación en NCG Banco de tan solo el 6,84%. 




9) El cambio en el equipo directivo y el escándalo de las remuneraciones millonarias

Con la creación de NGC Banco, S.A. se produjo un cambio en el órgano de gobierno de la nueva entidad. 

Si al principio estaban al frente los directivos procedentes de Caixanova Pego y Gayoso, Núñez Feijóo decidió confiar en José María Castellano para dirigir la nueva entidad, y apartar al antiguo equipo directivo. 

De hecho, con Castellano al frente se sustituyó a buena parte de la dirección procedente de Caixanova, siendo reemplazada por directivos de Caixagalicia.


Y en este contexto es donde surge el escándalo de las indemnizaciones millonarias: se pactó la salida de 4 antiguos directivos de Novacaixagalicia (entre ellos Pego y Gayoso) por valor de unos 20 millones de euros entre indemnizaciones y planes de pensiones. 

Al parecer este dato fue filtrado intencionadamente para encontrar un "cabeza de turco" y crear una cortina de humo que desviase la atención del nuevo rumbo que estaba tomando el banco. 

Con el cambio del equipo directivo NCG BancoNovagalicia Banco comenzaría esta nueva etapa: los estatutos de la nueva entidad establecían que su sede social y fiscal estaría ubicada en La Coruña, si bien la operativa e institucional se mantendría en Vigo. 

Sin embargo en la práctica José María Castellano decidió trasladar todo el núcleo del negocio hasta La Coruña y obviar los acuerdos estatutarios. 

De hecho, los consejos que debían haberse celebrado en Vigo se realizaron exclusivamente en la ciudad herculina, y la sede operativa (hasta ahora en la ciudad olívica) fue trasladada.  



10) La búsqueda fallida de inversores privados (finales de 2011)

El dinero del FROB es un préstamo, y como tal tendría que ser devuelto puntualmente al Estado. 

El plan de Novagalicia Banco era el de captar dinero de socios privados, procedente principalmente de empresarios gallegos, así como de otros inversores nacionales e incluso de extranjeros. 


Sin embargo, en la primera fase de captación de capital concluida en diciembre de 2011, Novagalicia tan solo fue capaz de hacerse con la mitad de los fondos previstos: 70,4 millones de euros, frente a los 150 millones estimados para esa fecha. 

Entre los socios que aportaron capital al nuevo banco, se encontraron además del propio presidente del banco, José María Castellano, y el consejero delegado César González-Bueno, Manuel Jové (con una aportación testimonial a través de la sociedad Inveravante), y las empresas San José, COPASA, COREN, GADISA, Hijos de Rivera, Jealsa-Rianxeira, Hierros Añón, Rodman, Azkar, Igalux Innova, Climagal, Egasa, Inversora Galega de Cable y la sociedad Ranebe 2003. 

Destaca la ausencia de empresarios como Amancio Ortega (fundador de Inditex) y Rosalía Mera (que participa la farmacéutica Zeltia), quienes declinaron participar en el proyecto,  posiblemente conscientes del efímero recorrido que le quedaría a la entidad dado el complicado escenario al que se enfrentaba.


El banco abriría 3 periodos más para la captación de capital, si bien las perspectivas no eran nada alentadoras. 

Novagalicia Banco tenía una enorme deuda contraída con eBanco de España, y resultaba casi imposible que la entidad fuera capaz de devolver ese dinero en los plazos establecidos dadas las circunstancias.


12) La subasta de NCG Banco y la creación de ABANCA en 2013

En 2011 el banco comenzaría a operar con dos marcas diferenciadas: Novagalicia Banco para Galicia, Asturias, Castilla y León y el mercado internacional, y EVO Banco para las oficinas ubicadas en el resto de España.

Las peores previsiones se cumplieron y el plan de captación de socios no logró sus objetivos. A finales de 2012 el FROB se vio obligado a inyectar otros 5.425 millones de euros para rescatar la entidad de la quiebra, haciéndose con el 100% del capital de NCG Banco.
En 2013 se lleva a cabo el proceso de subasta del banco: por un lado se venden la red comercial de EVO Banco a la entidad estadounidense Apollo Global Management.

Y por otro se abre el plazo para la presentación de ofertas vinculantes para hacerse con el negocio de Novagalicia Banco, al cual se presentan Santander, BBVA, Caixabank y el banco venezolano Banesco, además de fondos de inversión.
La oferta de Banesco es la que finalmente resulta ganadora, haciéndose con NCG Banco. Una de las primeras decisiones de los nuevos propietarios fue la de cambiar la marca Novagalicia Banco por ABANCA en 2014.

Comenzaba aquí la nueva etapa del banco de Galicia, heredero de las difuntas cajas de ahorro. 

1 comentario:

  1. Un banco del que fui cliente muchos años cuando residía en Galicia. Un saludo!

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