sábado, 2 de agosto de 2014
OPINIÓN: El PSOE de Pedro Sánchez y la ilógica idea de una "España Federal".
LAS VENTAJAS DE ESTAR UNIDOS Y COMPARTIR OBJETIVOS COMUNES EN LA EMPRESA Y EN LA VIDA
A nivel empresarial habitualmente se aprende que los equipos unidos, bien integrados y que trabajan con unos objetivos comunes son mucho más competitivos, resolutivos y alcanzan metas más ambiciosas que aquellos que trabajan de forma individual.
La unión hace la fuerza, se consiguen mejores resultados con un equipo bien integrado que trabaja en conseguir unos objetivos comunes, y a su vez resulta más beneficioso para cada uno de sus miembros individualmente. Un equipo unido es capaz de lograr TODO lo que se proponga y de llegar hasta donde quiera.
Trabajar en equipo contribuye a alcanzar el máximo beneficio para todos (maximiza el bien común) y a su vez también permite a sus integrantes alcanzar él máximo beneficio a nivel individual para cada uno de ellos. Es decir, maximiza el beneficio global (que obtienen todos en su conjunto) y personal (que obtiene cada uno individualmente). Este valor es algo que la cultura anglosajona lleva décadas enseñando y promoviendo, y que se aprecia en los países más avanzados del mundo.
Por el contrario, cuando se antepone el bien individual de cada integrante del equipo al bien común de todos (es decir, de la empresa) los resultados suelen ser desastrosos y la empresa muchas veces tenderá a desaparecer. El individualismo, la búsqueda del propio interés frente al bien común y el egoísmo acaban por desembocar en la mediocridad.
EL GRAN PROBLEMA DE ESPAÑA: LA DESUNIÓN
Desde hace algún tiempo, uno de los principales partidos políticos de España -el PSOE- plantea la idea de una "España Federal" como solución para dar cabida a las diferencias que existen entre las distintas regiones y sensibilidades del país.
España y sus comunidades autónomas son como una empresa y su equipo: cuando más desunido está éste, peor es el funcionamiento del país y peores los resultados obtenidos, y viceversa.
A raíz de las noticias publicadas a nivel internacional sobre el desafío independentista de Artur Mas, el presidente de Cataluña (una de las comunidades autónomas más avanzadas de España), desde otros países de Europa -como Francia o el Reino Unido- se observa lo que ocurre políticamente en España con cierta perplejidad y estupor: no entienden cómo un país de la entidad de España es incapaz de mantener unidos a sus ciudadanos, donde las regiones se pelean las unas con las otras por conseguir mejor financiación, por ver cuál tiene una cultura y una lengua regional más bonita que las demás, por poner más rótulos en catalán, vasco, gallego, valenciano, asturiano... en definitiva, por ver quién tiene "la boina" más grande.
Estando en Londres, recuerdo un programa sarcástico de televisión inglesa donde se ironizaba con la idea de que dejemos que en España se maten los españoles entre ellos mientras los demás buscamos el camino y avanzamos para salir de la crisis cuanto antes.
No cabe duda que la clase política y gobernante de España, además de ser excesivamente numerosa, es tremendamente mediocre. En un mundo cada vez más globalizado, España avanza al revés: en lugar de abrirse al mundo y promover la integración y comunicación en inglés (como hacen otros países como Portugal sin ir más lejos) y otros idiomas internacionales, en Cataluña por ejemplo hay que estudiar y hablar casi obligatoriamente en catalán, los rótulos y documentos oficiales deben estar en la lengua regional de turno, etc. etc. Un cierto sentimiento de complejo de inferioridad es posible que esté detrás de esta necesidad exacerbada de reconocimiento de lo propio, de fijarse y regocijarse en lo bonito que es el propio ombligo, y lo diferente y mejor que es éste respecto de los demás.
En España, con el paso de los años las comunidades autónomas se han convertido en una especie de pequeños "reinos taifas" gobernadas por quienes se han venido arriba y se han ido creciendo, creyéndose presidentes todopoderosos capaces de hacer y deshacer lo que les venga en gana, y cuyos ciudadanos son poco menos que sirvientes a los que hay que aleccionar vendiéndoles la moto de que sentir los colores de la bandera regional es lo más importante: a ver quién es más vasco que nadie, o ser más gallego que el más gallego es mostrado como lo más "cool" y patriótico. Algunos casos (como Cataluña) han sido llevados tan al límite que rozan lo patético, mostrando que el catalán es como una especie de raza pura y superior, llena de todos los valores positivos (algo así se puede leer en el museo del Barça de Barcelona) y al "catalanismo" y a la senyera como sinónimos de progreso, valentía, inteligencia...: es más importante y mejor valorable para una plaza de médico en Cataluña un profesional que hable catalán que un médico experimentado que sepa curar a sus pacientes. Sin embargo, la clase política dirigente en Cataluña tras fomentar esto para los demás ciudadanos, son los primero en llevar a sus hijos a colegios privados donde las clases se imparten en inglés y francés. ¿Estos gobernantes quieren y promueven para los demás lo que realmente no quieren para ellos ni sus hijos? ¿Es una forma de controlar a la ciudadanía y perpetuarse como reyezuelo?
¿A qué se debe lo anterior? Una vez más a la ignorancia y escasa preparación de los políticos y gobernantes en España. Como ha quedado de manifiesto, en nuestro país no gobiernan los mejores, ni los más preparados, ni los más inteligentes, y este es el resultado.
A veces resulta bueno volver a aprender cosas que se nos olvidan a medida que nos hacemos mayores: la humildad es una cualidad muy apreciada y uno de los rasgos comunes de aquellos que han alcanzado el éxito personal y profesional. Y todos somos seres humanos iguales, personas, con vidas igualmente valiosas hayamos nacido donde hayamos nacido, seamos catalanes o seamos extremeños. Es más, haber nacido en un lugar del mundo o en otro no deja de ser una pura casualidad. Por tanto, sentirse superior, mejor preparado y lleno de orgullo por ser catalán (por ejemplo) es una auténtica memez. Podrás ser más valioso en la medida en que más te formes, que más valores personales desarrolles, que más útil seas para la sociedad, que más méritos y retos consigas superar, que más virtudes seas capaz de hacer propias y promover, pero no por haber nacido en un sitio concreto.
LA INCONVENIENTE IDEA DE LA "ESPAÑA FEDERAL" DEL PSOE
Antes de nada me gustaría desmentir el mito de la gran diversidad existente entre las diferentes regiones de España. Es cierto que en España de norte a sur hay diferencias geográficas y culturales, pero estas diferencias no son tan grandes como a veces se nos quiere hacer creer de forma interesada. De hecho la gran mayoría de países del mundo tienen diferencias entre sus regiones (como es normal) al igual que ocurre en España. Sin ir más lejos, el norte de Portugal no tiene nada que ver con el sur, y lo mismo ocurre en Italia y Francia.
Y por otro lado, los españoles somos mucho más iguales y homogéneos de lo que a veces nos intentan hacer creer, y esto se observa fácilmente cuando uno viaja al exterior, ve cómo es España desde fuera y se encuentra con compatriotas. No hay tanta diferencia entre un asturiano y un andaluz, o entre un vasco y un valenciano. Entre ciudadanos españoles son mucho mayores las similitudes y rasgos comunes que las diferencias regionales.
El problema de la España autonómica ha sido la vertebración de la misma: no se ha conseguido mantener una cohesión ordenada de todas las regiones, en parte debido al sentimiento creciente de los "reyezuelos taifas" de muchas comunidades autónomas que demandan más y más competencias para tener más y más poder sobre la ciudadanía, y que ha desembocado en que A DÍA DE HOY LOS ESPAÑOLES NO SON IGUALES SEGÚN LA REGIÓN EN LA QUE VIVAN.
Dependiendo de la comunidad en la que residan, los ciudadanos tenemos más o menos obligaciones, pagamos más o menos impuestos, recibimos una u otra educación, tenemos uno u otro sistema sanitario... y un largo etcétera de desigualdades.
Tras las etapas de Rodríguez Zapatero y Rubalcaba, que dejaron al PSOE absolutamente desnortado, sin un posicionamiento claro, sin saber muy bien qué valores defendía el partido, a qué clase de votantes se dirigía, si primaba la cohesión nacional y el interés general de todos los españoles o bien se trataba de contentar a todo el mundo, intentando atraer especialmente a los votantes de las minorías nacionalistas mediante continuas cesiones y discursos absolutamente bipolares según el momento y el lugar, con la llegada de nuevo secretario general, Pedro Sánchez, parecía que se abría una nueva etapa esperanzadora, renovadora e ilusionante.
Pedro Sánchez se trata de una persona cualificada, bien formada y respaldada y apoyada por Susana Díaz, presidenta del PSOE Andaluz y uno de los pesos pesados del partido que parecía tener una idea clara de lo que lo que es España y lo que ésta necesita.
Sin embargo, uno de los primeros discursos de Sánchez nada más elegido secretario general de partido ha sido el de proponer el cambio del modelo de estado hacia una "España Federal", como forma de dar salida al problema del independentismo catalán y contentar a todos una vez más.
En primer lugar, ante este discurso y en pleno contexto de crisis económica, de nuevo todos los ciudadanos echamos de menos que se hable de cómo crear empleo, cómo crear riqueza, cómo ayudar a impulsar nuestra economía, de cómo luchar contra la pobreza, hablar de la vida real y del día a día de los ciudadanos, y dejar a un lado la política y la forma de contentar a los nacionalistas. Parece que de nuevo para el PSOE lo importante es atraer votos de donde sea, en lugar de defender a los ciudadanos y luchar por un país mejor. Las medias tintas y el intento de contentar a todos nunca ha sido beneficioso para ningún partido político: el PSOE debería aclarar si cree realmente en una España unida y si va a escuchar a la opinión de la mayoría de españoles.
En segundo lugar, el hecho de buscar una "tercera vía alternativa" para Cataluña -como dice el propio Sánchez- no deja de ser sucumbir a la amenaza y ceder al chantaje planteado por el "reyezuelo taifa" Artur Mas. Todo es planteable en la vida y la Constitución Española no es inamovible. ¿Pero es lícito cambiar nuestro modelo de Estado y de convivencia para contentar a una minoría nacionalista que nos chantajea y amenaza al resto de ciudadanos? ¿Acaso el resto de comunidades autónomas tendrán que hacer lo mismo -amenazar al Estado con la independencia y la insubordinación- cada vez que quieran mejorar mejorar su financiación? ¿Por qué Cataluña se merece un nuevo estatus y las demás autonomías no? ¿No somos todos los españoles iguales? ¿Por qué deberemos pagar más impuestos en Galicia que en Cataluña por ejemplo?
Una importante política del PSOE a nivel nacional me respondía una vez que "había que dar cabida y respuesta al sentimiento catalán". Pero este razonamiento es una trampa: en primer lugar no todos los catalanes quieren la independencia, ni siquiera la mitad según las encuestas. Y en segundo lugar, ese sentimiento del que hablaba esta política es un sentimiento desvirtuado, contaminado, creado y manipulado artificialmente desde el control de la educación, las instituciones y los medios de comunicación por parte del nacionalismo catalán que lleva décadas aleccionando y manipulando a los escolares catalanes en el odio a España. La frase de "España nos roba" es de las manifestaciones más mezquinas y barriobajeras que un político puede expresar, sembrando el odio entre los ciudadanos y difamando en beneficio de una estrategia política propia.
Lo lógico e inteligente en España sería plantar cara y corregir esa manipulación a la que los ciudadanos catalanes están expuestos cada día en Cataluña, enseñar cómo unidos y trabajando en equipo (como ocurre en las empresas) somos mejores y podemos llegar más lejos, y que nadie es mejor por haber nacido en ningún sitio en concreto. La humildad y la mentalidad abierta son 2 valores que deberían potenciarse entre la clase política catalana.
La idea de la "España Federal" del nuevo PSOE parece que se erige una vez más como una forma de contentar a todo el mundo y no dejar escapar los votos de los más catalanistas y nacionalistas, pues además no hay mucha claridad sobre el modelo propuesto de Estado: ¿acaso el estado de las autonomías no es ya más federal que los tradicionales modelos federales? La sanidad y la educación están centralizadas en los estados más federales. Sin embargo en España éstas son competencias cedidas a las comunidades autónomas, las cuales tienen más capacidad de autogobierno que las regiones que componen los estados federales como es el caso de Alemania o EE.UU. ¿Qué más autogobierno se pretende dar a las comunidades autónomas? ¿Esto es positivo o generará aun más diferencias entre españoles y problemas de libre movilidad de una región a otra? ¿La España Federal supondrá el incremento aun de más gasto público, la multiplicación de instituciones y de cargos públicos y políticos? ¿España no necesita exactamente todo lo contrario en este momento?
EL SENTIDO COMÚN Y LA LÓGICA ECONÓMICA HACEN PENSAR QUE ESPAÑA PRECISAMENTE NECESITA AVANZAR EN SENTIDO OPUESTO AL FEDERALISMO: nuestro país tiene una deuda pública de 1 billón de euros que debe ir devolviendo en los próximos años. ¿Cómo se puede pensar en más descentralización y autogobierno y en la creación de nuevas instituciones y duplicidades cuando lo lógico es potenciar medidas urgentes de ahorro, el aprovechamiento de sinergias y la contención del gasto público para poder reducir así la carga impositiva que sufre la renta de los ciudadanos españoles tocados por la crisis, y poder así estimular el consumo y el crecimiento económico? ¿En qué cabeza cabe?
Y eso por no hablar de las ventajas de una recentralización de competencias a nivel estatal y de un incremento del grado de cohesión: ventajas sociales (un mismo sistema sanitario para todos que atienda a todos los pacientes por igual independientemente de la región en que estén, un mismo modelo educativo consensuado que no pueda ser utilizado políticamente en cada región, un país que fomente y facilite la movilidad de personas y empresas), económicas (un mismo mercado común con una legislación clara para aquellos que quieren invertir y crear riqueza en cualquiera de las comunidades autónomas) y psicológicas (un país más unido, fuerte y cohesionado, en el que todos rememos en la misma dirección para salir de la crisis cuanto antes y crear empleo y riqueza).
Curiosamente cuando en otros países ya se han llevado a cabo ambiciosas medidas para contener y recortar el gasto público, y contribuir así a superar la crisis cuanto antes con acciones como la fusión de ayuntamientos, supresión de diputaciones y organismos intermedios, fusión de provincias y regiones, eliminación de cargos públicos y duplicidades, etc. en España el PSOE plantea un modelo de estado federal. De nuevo sale a la luz que uno de los graves problemas de España es la aparición de los "reyezuelos taifas" no sólo a nivel de las comunidades autónomas, sino a todos los niveles de la administración: presidentes de las diputaciones provinciales, alcaldes, cargos políticos artificiales, presidentes de organismos públicos deficitarios e innecesarios, equipos de asesoramiento, etc. ninguno de ellos (bien acomodados y bien pagados durante muchos años gracias a los impuestos de los ciudadanos) están dispuestos a ceder su parcelita de poder y su vida acomodada, a pesar de que son absolutamente prescindibles y generan un enorme gasto que tiene que ser sostenido por todos. Ésta es la verdadera "grasa" del sistema público español que se debería eliminar.
Pero lo cierto es que hasta hoy ningún partido político ha sido lo suficientemente valiente como para meter las tijeras aquí. Sería necesario un pacto de Estado para poder hacerlo, ya que políticamente supondría una pérdida de votos de toda esta gente quasi-funcionarial que vive a costa del Estado. Y para colmo el PSOE se plantea como objetivo político hacer de España un estado federal, que sin duda potenciaría aun más el individualismo y la diferencia entre ciudadanos, cuando lo que hace falta en España es ir todos a una y aprovechar al máximo nuestros recursos escasos. Todos pensábamos que Pedro Sánchez iba a suponer una renovación necesaria del PSOE e iba a contribuir a la clarificación de sus ideas, posicionándose a favor de la defensa y el progreso del país. Pues bien, resulta increíble que Sánchez, con formación de economista y profesor de universidad, defienda un modelo de estado federal que es absolutamente irracional y contrario a la austeridad y al equilibrio que tanto necesita España. Supongo que son los efectos desastrosos de cuando la economía se mezcla con los intereses políticos.
Parece que a veces los políticos se olvidan, pero la realidad de nuestro país se puede resumir en los siguientes puntos:
1-Es necesario reducir urgentemente el enorme gasto público que genera el modelo quasi-federal de las autonomías. Los ciudadanos españoles no tenemos tanta capacidad adquisitiva como para poder sostener de nuestros impuestos al monstruoso modelo de Estado autonómico que tenemos en la actualidad.
2-Se puede recortar en gran cantidad de duplicidades e ineficiencias creadas durante años por el sistema autonómico: NUESTRO PAÍS NO NECESITA TANTOS POLÍTICOS NI CARGOS PÚBLICOS, NI 17 PARLAMENTOS, en lugar de recortar en sanidad, educación y otras áreas fundamentales para la vida de los ciudadanos.
3-Se deberían centralizar varias competencias para conseguir grandes sinergias y ahorros, y así reducir los impuestos a los ciudadanos y fomentar el consumo y la recuperación económica, además de unir y cohesionar más a los españoles.
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