Sargadelos: la cerámica gallega se planta ante la administración pública y anuncia su cierre
A principios de abril (de 2025), y tras más de 200 años de actividad, el sorpresivo anuncio de clausura de la famosa fábrica de cerámica gallega Sargadelos nos ha dejado a todos con una mezcla de estupor e incredulidad.
El motivo de esta inesperada y trascendental decisión: el hartazgo de su gerente y principal accionista, Segismundo García, con respecto a las "continuas trabas burocráticas y sanciones" impuestas por las administraciones públicas que su empresa viene sufriendo en los últimos años.
La gota que colmó el vaso: una nueva sanción de 5.000 euros propuesta por la inspección de Trabajo como consecuencia de "36 nuevas deficiencias detectadas en su fábrica", así como la obligación de acometer importantes reformas para subsanarlas en un plazo inferior a 3 meses.
Y es que, esta nueva sanción se suma a un largo historial impuesto por la máxima autoridad laboral, y que en los últimos años parecen haber ido en aumento, entorpeciendo y dificultando el normal desarrollo de la actividad de Sargadelos.
Tras haber agotado su paciencia e ilusión por el negocio, en un burofax firmado y enviado a la delegación de Trabajo hace unas semanas, el propio García explicaba -con tono irónico- su "hartura" ante los continuos impedimentos, multas y trabas de la administración que complican el funcionamiento de su negocio, así como la imposibilidad de acometer las reformas requeridas en el plazo establecido (menos de 3 meses) en una fábrica que está catalogada como "Bien de Interés Cultural" (con la consiguiente carga burocrática y lentitud de procesos que esto conlleva).
De hecho, el principal propietario de Sargadelos concluía que dichas reformas requerirían un plazo mínimo realista -dada la singularidad y la protección histórica de la fábrica- de entre 6 meses y un año.
Así, ante el cansancio del empresario y su imposibilidad para cumplir con los requerimientos de la autoridad laboral en plazo, este ha optado finalmente por echar el cierre al negocio.
Las informaciones conocidas tras esta dramática decisión vienen siendo contradictorias: en algunos medios se ha publicado que el cese sería total, afectando a las dos fábricas de cerámica que el grupo Sargadelos posee en Galicia; en otros, que únicamente se plantea el cierre y el despido de los trabajadores de la fábrica de Cervo (Lugo), manteniéndose operativa la factoría de Sada (La Coruña).
En las próximas semanas conoceremos el alcance, y si esta penosa situación es irreversible, o si bien existe alguna posibilidad "in extremis" de alcanzar un acuerdo con la administración de tal que forma que Sargadelos pueda mantener su actividad en ambas fábricas.
La Xunta de Galicia por su parte ha "movido ficha" para intermediar en este conflicto entre Sargadelos y el Ministerio de Trabajo e intentar evitar el cierre de Sargadelos, un histórica fábrica, muy vinculada a la imagen de la región, y que además genera dos centenares de puestos de trabajo en las provincias de Lugo y La Coruña.
Sin duda, otro caso que pone de manifiesto las enormes y crecientes dificultades que los emprendedores tienen que afrontar en España, así como los excesos que las administraciones públicas cometen muchas veces sobre las empresas al pedir imposibles de cumplir.
Nadie está diciendo que la legislación laboral no deba ser exigida (existiendo además, en este caso, riesgo para la salud de los trabajadores por silicosis, según ha trascendido), sino que hay otras formas más constructivas de hacer que las empresas cumplan la normativa o acometan cambios necesarios sin necesidad de recurrir a las sanciones (las cuales se han convertido en un mecanismo habitual de recaudación paralela para la administración) ni a la exigencia de plazos o hitos irrealizables, acorralando o asfixiando financieramente a muchos negocios.
El impacto del cierre de Sargadelos: cientos de puestos de trabajo en el aire y el fin de una compañía que forma parte del "alma" de Galicia
El grupo Sargadelos está compuesto por dos sociedades industriales encargadas de explotar sendas fábricas de cerámica en las que se elaboran sus famosas piezas decorativas: Fábrica de cerámicas de Sargadelos, S.L. (ubicada en la localidad lucense de Cervo) y Fábrica de cerámicas del Castro, S.L. (con localización en Sada, La Coruña).
A mayores, completa el grupo una tercera sociedad: Porcelanas de Sargadelos, S.L., la cual se ocupa de la comercialización, explotando -entre otros canales- la red de tiendas propias que posee la firma.
Se trata de un negocio intensivo en mano de obra (pues todas sus creaciones se pintan a mano), contando con una plantilla de 200 empleados entre las tres empresas.
En el año 2023, las tres sociedades que integran el grupo Sargadelos lograron una cifra de negocio conjunta superior a los 14 millones de euros, obteniendo un beneficio positivo.
No obstante, el grupo de empresas no consolida sus cuentas, sino que sus sociedades presentan resultados de forma independiente:
1) Así, Fábrica de cerámicas de Sargadelos, S.L. (Cervo) generó en 2023 una cifra de negocio de 3,57 millones de euros (frente a los 3,43 millones de 2022), declarando un beneficio neto de 321.000 euros (frente a los 229.000 euros del año anterior).
2) Mientras que Fábrica de cerámicas del Castro, S.L. (Sada) obtuvo una cifra de negocio de 2,3 millones, logrando también un beneficio neto de 150.000 euros.
3) Y Porcelanas de Sargadelos, S.L., la sociedad comercializadora, es la que mayores ventas declara: 8,35 millones, contando con una plantilla de 22 empleados.
4) A mayores, el pasado mes de enero (2025), con un capital de 100.000 euros, el grupo habría constituido una nueva sociedad industrial para la fabricación de cerámica con sede también en Cervo.
Los productos de Sargadelos son muy apreciados y comercializados por toda España, mercado donde se genera más del 95% de sus ventas, si bien exporta también a otros siete países: Francia, Alemania, Reino Unido, Japón, México, Estados Unidos y Australia.
Se trata de una fábrica de cerámica centenaria (de las más antiguas de Europa), que tiene su origen en el siglo XIX, la cual ha llegado a convertirse en todo un emblema de Galicia y parte de su historia, "embajadora" de su cultura e iconografía popular.
Durante los años 2000, Sargadelos atravesaría una profunda crisis, acumulando grandes pérdidas que a punto estuvieron de hacerla quebrar.
De hecho, en 2016 la compañía sería "rescatada" por su actual propietario, Segismundo García, poseedor del 92% de su accionariado, quién promovería su reestructuración, saneamiento y relanzamiento.
El restante 8% del capital está en manos de familias herederas y socios minoritarios.
García es desde entonces el principal accionista de Sargadelos y su administrador único (CEO), y bajo su gestión la compañía ha experimentado una notable mejoría, tanto a nivel comercial, como en lo relativo a resultados, logrando abandonar definitivamente se etapa de crisis y pérdidas.
La política comercial de la compañía combina el canal de distribución directo e indirecto: es decir, Sargadelos cuenta con una red de 15 tiendas (denominadas "galerías Sargadelos") y ubicadas en varias poblaciones de Galicia, San Sebastián (desde 2022) y en Madrid capital, y vende también a través de distribuidores (como por ejemplo, El Corte Inglés) y más de 70 tiendas minoristas especializadas de terceros por toda España y en el extranjero.
La historia de Sargadelos: el "Lladró" gallego
La Real Fábrica de Sargadelos nace en el año 1806 (siglo XIX), cuando Antonio Raimundo Ibáñez, marqués de Sargadelos, decide poner en marcha una fábrica de cerámica en el ayuntamiento de Cervo (Lugo).
Siendo testigo y sobreviviendo a varios sucesos históricos (entre ellos, varias revoluciones y guerras), la compañía experimentaría varios cambios de dirección, propiedad y política de producto.
Así, la actividad de la fábrica iría evolucionando durante los siglos XIX y XX, logrando convertir a sus a sus vajillas y figuras en elementos decorativos muy apreciados incluso por la realeza y las familias más importantes del momento.
El característico tono azul de sus composiciones y las formas ligadas a la iconografía y cultura gallegas se potenciarían desde mediados del siglo XX, cuando la fábrica es adquirida por un grupo de artistas gallegos.
Así, en 1949, el ceramista e intelectual Isaac Díaz Pardo pondría en marcha la fábrica "Cerámicas do Castro" en el ayuntamiento coruñés de Sada, obteniendo un gran éxito comercial por toda España con la comercialización de sus figuras (que ya empezaban a recoger el característico "estilo Sargadelos").
Asociándose con Luis Seoane (y junto a otros artistas españoles), decide hacerse con la fábrica de Sargadelos de Cervo (Lugo), ampliándola con su característica planta circular en el año 1970.
A partir de los años 70 es cuando la firma vive su etapa de esplendor: desde ese momento, el catálogo de productos experimentaría una gran extensión, y la producción de Sargadelos iría en aumento, lanzando colecciones de vajillas, figuras, joyas, colgantes y elementos decorativos inspirados en las obras de grandes autores españoles (como Rosalía de Castro, Antonio Machado o Miguel de Unamuno) y en la iconografía, fauna y cultura de Galicia (con meigas, animales, amuletos y símbolos mágicos).
Esta propuesta comercial fue un éxito, experimentando un gran crecimiento por toda España, poniendo también en marcha su red de tiendas propias.
En los años 80, el grupo Sargadelos quedaría conformado por las dos fábricas de cerámica, un museo y la editorial "Edicións do Castro".
Sin embargo, a partir del año 2012 (tras la muerte de Isaac Díaz Pardo), la compañía atravesaría una profunda crisis motivada por la acumulación de cuantiosas pérdidas ejercicio tras ejercicio, quedándose al borde de la desaparición en 2016, que es cuando el empresario Segismundo García decide adquirir la compañía, reestructurándola y saneándola.
Con García al frente, Sargadelos experimentaría un relanzamiento, logrando abandonar los números rojos y volviendo al crecimiento y la rentabilidad.
De hecho, la compañía iría inaugurando nuevos puntos de venta por España (hasta alcanzar un total de 15 "galerías Sargadelos" entre Galicia, Madrid (en 2021) y San Sebastián (en 2022), planificando nuevas aperturas en ciudades como Oviedo.
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