miércoles, 10 de abril de 2013

FINANZAS: El concurso de acreedores de Pescanova (2ª parte)



El barco de Pescanova empieza a hundirse: ¿es posible un reflote?

Finalmente el peor de los escenarios posibles para Pescanova se ha hecho realidad. En la madrugada del pasado viernes día 5 de abril, y tras una junta extraordinaria maratoniana que se prolongó durante más de 11 horas, la compañía pesquera anunció su decisión de acogerse voluntariamente al concurso de acreedores ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo para renegociar la enorme deuda que tiene con sus acreedores, y ante el riesgo de un empeoramiento inminente de su situación financiera.


¿Por qué acogerse al concurso voluntario de acreedores?

Se trata de una medida de protección para tratar de preservar la continuidad empresarial, y se emplea cuando un deudor (normalmente una empresa) considera que no podrá hacer frente a los pagos que debe a múltiples acreedores. Mediante el concurso voluntario se blinda al deudor ante la posibilidad de que alguno de sus proveedores/acreedores solicite el concurso forzoso y pueda así iniciar acciones judiciales contra él, y también paraliza las que ya haya en marcha. Además suspende la acumulación de los intereses de la deuda. El concurso voluntario de acreedores permite además llevar a cabo negociaciones sobre la deuda durante 5 años, y unificar en un solo proceso todas las deudas y acreedores mediante la presentación de convenios.

Desde que Pescanova se acogiera a la figura legal del preconcurso de acreedores el pasado mes marzo, son muchos los nuevos datos trascendentales que se han ido desvelando en torno a la situación real de la multinacional viguesa, y que han hecho que la compañía deba finalmente recurrir al concurso: la existencia de una deuda multimillonaria no declarada en el balance oficial de la compañía, unido a la lucha de poder existente entre los accionistas -desde la entrada en el capital del grupo cervecero Damm-, están haciendo tambalearse a la compañía alimentaria, que cada día ve empeorar su situación ante una preocupante falta de liquidez para afrontar sus pagos (especialmente las cuotas de amortización e intereses de sus deudas).


a) La deuda oculta:

A raíz de que Pescanova presentara el preconcurso de acreedores, y ante la negativa de una parte del consejo de administración (liderada por Demetrio Carceller -grupo Damm-) a aprobar las cuentas de 2012, es cuando ha empezado a salir a la luz la noticia de que la deuda real de la multinacional gallega puede ser mucho mayor de la que figura en sus estados contables. En el balance oficial de la empresa matriz -Pescanova, S.A.- en el tercer trimestre de 2012 (el último dato oficial disponible de la compañía), aparecería una deuda por valor de 1.522 millones de euros.


Sin embargo, con posterioridad se han ido filtrando nuevas informaciones que hablaban de que el pasivo real de Pescanova era mucho mayor: desde los 2.100 millones de euros de los que se habló inicialmente (es decir, 600 millones más de lo declarado oficialmente), hasta los 2.800 millones que se estimó en un segundo momento que podría deber en total el grupo alimentario entre financiación bancaria, préstamos entre empresas del grupo y otro tipo de deudas. No obstante, estas primeras estimaciones han sido de nuevo superadas: BDO, la firma de auditoría que hasta hace nada estaba contratada por Pescanova para supervisar y auditar sus cuentas, en una primera revisión a fondo de los estados contables de la multinacional, ha hecho aflorar una deuda oculta por valor de 1.408 millones de euros, lo que implicaría que la deuda real del grupo podría ascender hasta los 2.900 millones de euros.

Naturalmente la desconfianza generada a raíz de esta noticia provocó el pánico entre inversores y acreedores. De hecho, la cotización de Pescanova en bolsa fue suspendida, siendo amenazada por la CMNV con una sanción millonaria en caso de que no presentase sus cuentas en el plazo legal establecido.



b) La pugna por el poder entre los accionistas:

Parece ser que la entrada de Demetrio Carceller en el consejo de administración de la multinacional viguesa ha marcado un antes y un después en su evolución. Carceller actúa como consejero representante de la cervecera catalana Damm (segundo mayor accionista de Pescanova con un 6,1%) y desde su entrada en el capital de la empresa pesquera, la caja de los truenos ha sido definitivamente abierta: continuos enfrentamientos, críticas, cierres en banda, y sobre todo una muy dura oposición a la gestión desarrollada por el presidente y primer accionista de la compañía gallega, José Manuel Fernández de Sousa-Faro (que es titular directo del 14% del capital, y de un 25% de forma indirecta a través de sociedades).

Los que conocen a Carceller hablan de él como una persona muy complicada, "abasalladora", llegándolo a calificar de "killer empresarial". Es poseedor de una de las mayores fortunas de España, y es nieto de un antiguo político falangista y ministro de Franco. Desarrolla el cargo de presidente y consejero (siendo también accionista) de varias de las mayores empresas españolas como Sacyr, Gas Natural, Ebro o Disa además del grupo Damm.


Carceller ha intentado en varias ocasiones lograr la destitución del actual equipo directivo con Fernández de Sousa a la cabeza. Y parece ser que el empresario catalán tiene ciertos intereses en hacerse con el control de la que es la mayor compañía pesquera de España y una de las más grandes del mundo: Damm está participada en un 25% por una de las mayores compañías alemanas de congelados (propietaria de la marca Dr Oetker). Los alemanes han sido socios de Carceller desde hace mucho años, y la sintonía entre ellos parece ser muy buena. Hacerse con Pescanova sería una operación más que apetecible para la compañía alemana a través de la colaboración de Carceller y el grupo Damm, quienes oponiéndose a todo están consiguiendo dinamitar y derrumbar la estabilidad que necesita Pescanova para salir adelante.

Al oponerse a la aprobación de las cuentas por activa y por pasiva Carceller ha dejado a Pescanova en una situación límite, desprestigiándola, sembrando la desconfianza, y viéndose incluso amenazada por la CMNV. Parece ser que Carceller es uno de esos accionistas capaces de cualquier cosa con tal de conseguir sus intereses, incluso forzar el cierre y la liquidación de la compañía, en este caso para dejar vía libre a su adquisición por parte de sus socios de Oetker. De hecho, gran parte de la banca acreedora ha ofrecido a Pescanova la refinanciación de su deuda con la condición -naturalmente- de que la compañía les presente sus cuentas. Pero Carceller se ha negado a aprobar las cuentas en todos los consejos celebrados hasta el momento, dejando a Pescanova en un callejón sin salida (sin cuentas no hay posible refinanciación de la deuda).


A la oposición de la aprobación de cuentas por parte de Carceller (con un 6,1% del capital a través de Damm) se le sumó el voto de otros dos accionistas de referencia: el fondo Luxempart (con un 5,84%) e Iberfomento (con un 3,39%). Entre los 3 sumarían a priori alrededor de un 15% del capital de Pescanova.

Sin embargo, Carceller es titular de 40 millones de euros de obligaciones convertibles en acciones emitidas por Pescanova tiempo atrás (el empresario catalán se ha ido haciendo poco a poco con un mayor control de la compañía viguesa a través de varios movimientos estratégicos), con lo que su participación en la pesquera se elevaría finalmente hasta el 20% del capital. Por tanto, el porcentaje del consejo favorable a la no aprobación de las cuentas (Damm + Luxempart + Iberfomento) alcanzaría el 29%.

Del lado contrario se situaría Fernández de Sousa con un 25% del capital de forma directa e indirecta (un 14% a título propio, y el resto mediante participación indirecta a través de sociedades).


El bloque liderado por Carceller representa el cambio radical y el fin de Pescanova tal y como la conocemos: el intento de que la empresa gallega sea absorbida por la alemana Oetker. Y la parte liderada por Fernández de Sousa defendería la continuidad y españolidad de Pescanova como tal, así como su apuesta por mantener en Galicia gran parte de sus factorías y puestos de trabajo.

La oposición a la aprobación de las cuentas del 2012 y la falta de acuerdo entre los miembros del consejo de administración fueron los factores clave que precipitaron la presentación del preconcurso en un primer momento, y finalmente el concurso de acreedores, y todas las consecuencias y acontecimientos que se han ido produciendo y que día a día vamos conociendo. El acogimiento al concurso se produjo el pasado 5 de abril, tras el largo y tenso consejo extraordinario celebrado en la sede de la multinacional gallega en Chapela (Vigo).

Por otro lado, la cotización de Pescanova en bolsa sigue suspendida a día de hoy, habiéndose dejado en el parqué más de 300 millones de euros desde que se inició su particular crisis empresarial y financiera (cotizó por última vez a 5,9 euros/acción, precio que otorga a Pescanova una capitalización inferior a 170 millones de euros, muy por debajo de los 500 millones que valía la compañía antes de la crisis).



c) Los otros problemas de Pescanova:

Como ya se ha comentado en el anterior post, los problemas con los que se ha encontrado Pescanova y que son gran parte del origen de sus tensiones de liquidez se pueden identificar en los siguientes:

1. Alto endeudamiento: Pescanova siempre ha sido una empresa muy apalancada y dependiente de la deuda bancaria. Es más, en los últimos años la empresa se ha visto obligada a la emisión de obligaciones convertibles en 2 ocasiones. Un elevado endeudamiento y una gran dependencia de la financiación bancaria pueden suponer una enorme debilidad para cualquier compañía, y en el caso de Pescanova, la empresa se ha encontrado con falta de efectivo para pagar los créditos con los que financió sus últimas inversiones, las cuales no estaban ofreciendo el retorno esperado.

2. Los bancos acreedores han "cortado el grifo" de la financiación a raíz de la crisis: debido precisamente a esa dependencia en exceso de la deuda bancaria, en el momento en que las entidades financieras han limitado la cantidad de recursos que están dispuestas a ofrecer a la compañía alimentaria, negándose incluso a refinanciar algunos de sus préstamos, Pescanova se ha encontrado con las primeras tensiones de liquidez.


3. La desaparación de las cajas de ahorro gallegas y su salida del accionariado de Pescanova: Caixanova y Caixagalicia eran al mismo tiempo accionistas (con más del 20% del capital) y acreedores de la empresa pesquera. De esta forma, cada vez que la multinacional viguesa tenía alguna necesidad de financiación a mayores, tenía fácil conseguir un nuevo préstamo o negociar una refinanciación de sus pasivos.

4. Pescanova no ha conseguido vender activos con los que obtener liquidez: la compañía tenía prevista la salida a bolsa del 49% de su filial Acuinova Chile. Sin embargo, la operación se ha visto finalmente frustrada.

5. Algunas inversiones multimillonarias no están ofreciendo los retornos previstos: Pescanova ha realizado en los últimos años una más que valiente apuesta por la acuicultura. Prueba de ello son las mega-plantas de acuicultura puestas en marcha hace unos años en Mira (Portugal) para el cultivo de rodaballo y Chile en el caso del salmón. Sin embargo, parece ser que en ambas instalaciones no se están obteniendo los rendimientos esperados debido a problemas técnicos.




Los antecedentes y la magnitud de Pescanova

Pescanova ha sido desde sus inicios una empresa ejemplar, formando parte de la carta de presentación de la industria gallega junto a compañías como Inditex, el grupo PSA Peugeot-Citroën, Coren o las conserveras. No en vano por su magnitud representa a la segunda mayor empresa de Galicia y una de la más grandes de España: en los 9 primeros meses del año 2012 facturó 1.149 millones de euros, obteniendo un beneficio neto de 24,9 millones.


Una de las características que más llama la atención en el caso de la crisis de Pescanova es que la empresa ofrece unos buenos resultados desde el punto de vista económico: es bien rentable (obtiene beneficios con la explotación de su actividad) y sigue creciendo año a año. Además su cartera de clientes está bien diversificada, obteniendo más de la mitad de su facturación fuera de España. La mayoría de empresas "tocadas" por la crisis precisamente acaban en una situación concursal debido a problemas financieros causados por el desplome de sus ventas (que se vuelven insuficientes para cubrir sus gastos estructurales) y/o a la imposibilidad de cobrarlas a tiempo (debido a la morosidad en muchos casos).

Sin embargo, el problema de la multinacional gallega es precisamente de índole financiera debido a un excesivo endeudamiento: durante años ha financiado faraónicas inversiones en gran parte con recursos ajenos, teniendo que afrontar mes a mes grandes cuotas de amortización de sus deudas más pago de intereses que finalmente se han vuelto inasumibles, sobre todo cuando estas inversiones están generando un retorno muy inferior al esperado en un primer momento. Lo que no se puede negar es que con sus últimos proyectos Pescanova ha adoptado una postura valiente y ambiciosa, arriesgando y llendo a por todas para liderar la acuicultura del nuevo siglo y defender su posición de liderazgo. Y en los negocios es necesario arriesgar para ganar, aunque unas veces se consigue y otras no. ¿Ha sido demasiado ambiciosa Pescanova? ¿Se hubieran podido hacer las cosas de otra forma? ¿O el problema real ha sido la entrada de Damm en el accionariado de la compañía? Son preguntas que poco a poco se irán respondiendo según se vayan produciendo los acontecimientos.



La mayor multinacional de productos del mar de Europa

El grupo Pescanova nació en Vigo en el año 1.960, y está compuesto por 160 empresas, tiene presencia en 20 países de los 5 continentes, contando con una flota de más de 100 buques propios (lo que la convierte en la mayor flota privada del mundo). La compañía dispone de 50 instalaciones de acuicultura y 30 plantas de procesado de sus productos, y vende con 16 marcas comerciales en todo el mundo. En Pescanova trabajan más de 10.000 empleados de manera directa e indirecta. Todas estas cifras la convierten en la quinta empresa del mundo en el sector pesquero.

Pescanova tiene una repercusión vital sobre uno de los sectores estratégicos en la economía gallega, no solo por los puestos de trabajo que directamente genera su actividad, sino por toda la industria auxiliar que depende de la marcha de la multinacional: proveedores de maquinaria, ingenierías, proveedores de materias primas, etc.


La 4ª crisis de Pescanova

La actual situación de crisis por la que está atravesando la compañía viguesa no es la primera de su historia ni mucho menos, si bien posiblemente sea la más difícil de todas. Pescanova ha atravesado situaciones muy complejas al menos en 3 ocasiones anteriores:

1ª) En 1.968, cuando después de su primera etapa de expansión con los barcos faenando por el hemisferio sur y la puesta en marcha de la técnica de la congelación a bordo, un gran grupo de empresas trataron de imitar su actividad, y provocaron una sobreoferta en el mercado, haciendo que los precios se derrumbaran.

2ª) En los años 1.975 al 78, con la denominada "crisis del petróleo", debido al aumento de los costes de los combustibles justo cuando la empresa empezaba a pescar cada vez más lejos, y al mismo tiempo los precios del pescado congelado estaban sujetos a regulación, siendo imposible su aumento para compensar los mayores costes. Esta crisis fue superada mediante la venta de activos.

3ª) En los años 1.994 y 1.995, crisis financiera agravada por el acoso de la multinacional Unilever empeñada en hacerse con la empresa española, y que finalmente se solventó con la intervención de la Xunta de Galicia de Manuel Fraga mediante el apoyo para realizar una restructuración de pasivos reconvirtiendo deudas con vencimiento a corto plazo en deudas a largo.


El estilo de Pescanova

Pescanova es una de las empresas gallegas más emblemáticas, y se ha caracterizado desde sus inicios por la mezcla de innovación y tradición: Pescanova fue la creadora de un modelo económico de explotación marina muy novedoso como es la utilización de grandes buques congeladores y procesadores en alta mar.

La combinación de los últimos avances tecnológicos con el saber hacer tradicional de la pesca gallega es uno de los rasgos más característicos de esta compañía que, de forma valiente, se ha lanzado a colonizar los mares de medio mundo desde hace más de 50 años.


Uno de los rasgos que hacen de Pescanova una empresa singular, es que cuenta con varias de las más destacadas características que se predican tradicionalmente de las mejores empresas en las escuelas de negocios:

1. Es innovadora: fue la primera empresa pesquera que se atrevió a ir a faenar a más de 5.000 millas de la costa, cuando la mayoría de pesqueras europeas no llegaban ni a las 1.000 (tan sólo japoneses y rusos se atrevían a pescar a esas distancias). Pescanova abrió además nuevas áreas para la pesca (fue la primera por ejemplo en ir hasta el hemisferio sur). Y sobre todo, la multinacional gallega fue la primera empresa del mundo en efectuar la congelación total de la carga a bordo de sus buques-factoría. Desde siempre la empresa se ha caracterizado por ser muy ágil en el desarrollo y lanzamiento de nuevos productos y formatos al mercado, con una apuesta por lograr la satisfacción total de consumidor y la calidad.

2. Es internacional: desde sus inicios Pescanova se concibió como una empresa multinacional con un mercado global, tan grande como el mundo. Esta compañía fue de hecho la primera multinacional gallega.




3. Tiene una actividad bien diversificada: el grupo realiza multitud de actividades económicas relacionadas con la captura, producción, procesado, distribución y comercialización de todo tipo de productos del mar. La empresa no sólo pesca en alta mar, sino que también cultiva en sus granjas acuículas. Y gracias a su estructura de integración vertical, también procesa y agrega valor al pescado y marisco que captura o cría, y lo comercializa posteriormente en el mercado. Su cartera de productos es muy amplia.

4. Tiene vocación de líder: y así lo ha demostrado desde sus inicios, más recientemente cuando apostó de manera inequívoca por la acuicultura al percatarse de las limitaciones (legales y naturales) de la pesca extractiva. Pescanova va dando forma al mercado, abriendo el camino por el que pasarán el resto de competidores.

5. Know-how, experiencia y capital humano muy valioso: gran parte del valor de la compañía procede del saber hacer de sus trabajadores, las artes de la pesca aplicados a nivel empresarial.

6. Es un ejemplo de integración vertical y generación de productos con valor añadido: una de las carencias que históricamente ha tenido la industria española es la incapacidad para ofrecer al mercado productos elaborados con valor añadido. Es decir, España siempre ha dependido en exceso de la venta y exportación de materias primas y productos poco diferenciados, con poco valor agregado. Pescanova a lo largo de su historia ha seguido una estrategia precisamente opuesta a esta tendencia: ha ido diversificando sus actividades, mercados y gama de productos hacia aquellos que puedan ofrecer al consumidor final un mayor valor añadido. Para ello ha ido integrando todas las fases de la cadena de producción, desde el origen de la materia prima (pesca en altamar o cultivo en plantas acuícolas), pasando por su procesado (en plantas de elaboración de productos congelados, precocinados, platos preparados...), abarcando también la distribución (con empresas logísticas especializadas en productos en frío) y hasta la comercialización en el mercado: directamente desde el mar hasta el hogar.

7. Apuesta por la calidad y potenciación de la marca propia: Pescanova se ha convertido en una marca internacional reconocida y prestigiada en muchos países del mundo, desde Estados Unidos hasta Japón.




Por todo ello Pescanova es una compañía irrepetible, que merece salir adelante sin duda, y su desaparición o la absorción por parte de alguna multinacional extranjera (como pretende Carceller que haga Oetker) supondría una pérdida irreparable para la economía de Vigo, Galicia y España. Los poderes públicos deben proteger a industrias estratégicas para nuestra economía, y para ello cuentan con organismos creados específicamente para estimular el tejido productivo (como son el IGAPE, Xesgalicia, ICO,...).

Los próximos días veremos qué sucede, pero a pesar del grave error la deuda millonaria no declarada, estamos con Pescanova.